Portada de "Cascarabitos"
      CASCARABITOS. Fragmentos del capítulo X   

...

“Otra cuadrilla de segadores de Alzujara puso su mira en la provincia y se encaminaría hacia la comarca de los Montes, uno de los cortijos de más extensión de Guadahortuna sería su destino.

Miguel «Ruperto» iba a ser el manijero del grupo del que Vicente formaría parte junto con otros cinco más.

Los dediles, la hoz, la piedra de amolar y los demás útiles del segador los fue colocando Vicente dentro del pequeño petate en el que ya había puesto Filomena una muda y cuatro cosillas por si su marido quería echarse algo a la boca durante el camino.

Aún no había salido el sol y ya parecía de día. La luna estaba llena y dejaba ver con nitidez todas las casas del pueblo y el camino de la cuesta el Chamizo por donde la cuadrilla comenzó el viaje de dos días largos hasta Guadahortuna.

Delante iba Miguel con su borriquilla, en la que habían colocado los petates junto con un saco de pan, un par de hojas de tocino y otros materiales comestibles y de primera necesidad que Miguel había preparado para los primeros días o hasta cuando le aguantasen, después ya pasaría la cuenta de lo invertido al resto de la cuadrilla.

Llegando a la rambla y ante la buena visibilidad que daba la luz de la luna, Nicolás, que también formaba parte del grupo, les fue refiriendo la noche en la que se despertó poco después de acostarse y, creyendo que ya había amanecido, se echó de la cama, cogió un ramal y se encaminó al barranco de las Retornas en busca de un haz de leña para tener la lumbre encendida cuando se despertase su mujer. Antes de completar el haz se le hizo de noche otra vez y hasta entonces no se dio cuenta de que la luz no provenía del sol del amanecer sino de la luna antes de despedirse de los cerros de Alzujara. Tuvo tiempo de volver a su casa, acurrucarse junto a su Antonia y echar otro “sueñecito” antes de que los gallos del corral de la «Habanera» lo despertasen anunciando el nuevo día.

—Y la Antonia no dijo nada, se hizo la tonta y me dejó que me arrimase por si caía otro taponazo —entre risas y toses acabó Nicolás con su relato.

La salida del sol los sorprendió cruzando el Guadalfeo por el vado del Puerto Alegre. Tendrían que darle a los pies para adelantar lo máximo antes de que el sol de mediodía se les pusiese encima de sus cabezas, a esa hora deberían estar cerca de Dúrcal, y al anochecer en el término de Colomera, donde pasarían la noche. Al día siguiente continuarían el camino hasta Guadahortuna adonde llegarían por la tarde.”

...

“Al entrar Vicente, y tras los salutes de rigor, le pidió a Alfonso que le echase un vaso. Los de las mesas siguieron con las partidas. Nadie había puesto la banca para jugar al monte, así que el ambiente era calmado y sin la tensión que juego tan traicionero conllevaba.

Alfonso, nada más llenarle el vaso, le comentó:

—¿Sabes que a Alonso ya lo han hecho alcalde?

—Cómo quieres que lo sepa, si acabo de aterrizar en el pueblo —le contestó Vicente haciéndose de nuevas.

—Pues, sí señor, que lo nombren y tome posesión es cosa de pocos días, y me ha dicho que va a necesitar gente, porque parece que los de agricultura quieren poner pinos en el Bolinar. Por lo visto va a haber trabajo para una buena temporada.

Vicente se bebió el vaso de un trago y le pidió a Alfonso que lo volviese a llenar. La posibilidad de engancharse de nuevo y por una temporada larga, sin tener que salir de su casa, merecía otro trago. Se olvidó de lo que le había dicho a su mujer sobre la brevedad del tiempo que iba a estar en la taberna y aprovechó que uno había dejado su puesto en la partida de julepe para ocupar su silla y echarse unas manos por ver si la suerte le acompañaba.

El dinero iba y venía, las cartas no se estaban dando mal y, en esto, que entró en la taberna Alberto «el del Puerto».

Iba de vuelta para su cortijo y se paró en la taberna para refrescarse. Había vendido unos chotos en la Haza del Castaño y, como ya estaba abierta la media veda, se había llevado la escopeta y en el camino había conseguido matar un conejo. Dejó el burro atado a la reja de la taberna y entró con la escopeta y la morrala en la que llevaba el conejo que había cazado. Traía fresco el dinero de los chotos y viendo la partida de julepe pronto pidió entrar en ella.

Conociendo a Alberto, nadie le hizo ascos a su petición. Su suerte con las cartas era parecida a la del nombrado Clemente. Pronto los dineros de los chotos comenzaron a pasar a otras manos distintas a las de su dueño. Con la llegada de dinero fresco la partida se alargó y Vicente olvidó por completo lo que le había dicho a su mujer.

Alberto entretenido en el juego y ensistío en tratar de recuperar lo que poco a poco iba perdiendo, no se apercibió que algunos de los mirones le habían hurgado en la morrala y habían sustituido la pieza de caza por un peñasco de un peso aproximado.

En pocos minutos, y sin que su dueño se diese cuenta, el conejo estaba desollado, frito y puesto encima de la mesa para que lo degustasen los jugadores del julepe. También picarían alguna tajadilla los mirones que proliferaban alrededor de la mesa. En ese momento el dinero de los chotos ya no estaba en poder de Alberto. El buen hombre, aunque con poco apetito, saboreó algunas tajadas del conejo y se levantó de la mesa. Tanteó la morrala y se la puso al hombro, cogió la escopeta y le preguntó a Alfonso por la cuenta de lo que se había bebido. Alfonso, que también había participado en el desplume de tan cándido personaje, le dijo que no se debía nada, que todo estaba pagado. Alberto salió de la taberna, se montó en el burro y se encaminó hacia el Puerto como “el gallo de Morón”.

Pasado un tiempo, contó a los mismos que le habían hecho tal fechoría que cuando al amanecer llegó al cortijo y la mujer le preguntó por el dinero de los chotos, por toda respuesta él le dijo que preparase el conejo que iba en la morrala. Su mujer, al descubrir la piedra que ocupaba el lugar del conejo, estuvo en un tris de arrojársela a la cabeza.”
...


                   narrativa                             anterior                                     siguiente