el señor de los leones
segunda parte de las aventuras y desventuras de don quijote y su fiel
escudero sancho
capítulo XVIII:
"Lo que dice Benengeli,
si se lee con atención,
lo sabrá quién lo leyere."
... "Seguíale en su jumento el buen Sancho atravesado, y, en cuanto que volvió en sí, se dejó caer del asno todo ansioso y bien molido con el cuerpo apaleado. Se le acercó don Quijote y, como lo hallase sano, le dijo con grande cólera gesticulando con brazos: ─¡En hora mala supiste del burro imitar su canto! ¡La soga fuiste a nombrar en casa del ahorcado! ¿Qué esperabas recibir por tus rebuznos a cambio? Y dale gracias a Dios que, ya que te santiguaron, no lo hicieron con alfanje sino que usaron un palo. ─No estoy para responder ─le contestó triste Sancho─, que bien me parece que por mis espaldas yo le hablo; mas sí le quiero decir que no me parece humano dejar a un fiel escudero en manos de los malvados. ─No huye aquél que se retira ─don Quijote habló enfadado─, que al valiente sin prudencia se le llama temerario, y sus hazañas se deben más a fortuna que al ánimo. Y digo que yo no he huido sino que me he retirado, igual que muchos valientes hicieron en el pasado." ... "─Reconozco que es verdad todo lo que dices, Sancho; ¿cuánto os debo de dar más que os diera Tomé Carrasco? ─Con dos reales de más me tendré por bien pagado, eso en lo correspondiente a mi sueldo o a mi salario, a lo que habrá que añadir, para en paz quedarnos ambos, aquello que corresponda por el tiempo que ha pasado desde que me prometió que yo sería nombrado gobernador de una ínsula a lo que aún no he llegado, y aquí se debe contar, real arriba o abajo, del día de la promesa hasta el presente en que estamos, que si yo mal no recuerdo deben ser más de veinte años. Tras oír estas palabras el amo quedó pasmado y viniéronle unas risas que a poco acaban en llanto." ...
|