...

Y le respondió Sansón

que la diferencia entre ambas

es que una es pasajera

y la otra nunca se sana.

   ─Pues así ─dijo Tomé─,

si por voluntad malsana

yo quise ser su escudero

ahora quiero trocarla

y quiero dejar de serlo

para volverme a mi casa.

   ─Eso os cumple, buen amigo

─el bachiller contestaba─,

mas yo volver a la mía

es una idea excusada

antes de moler a palos

y culminar mi venganza

con quien dejó mis costillas

de forma tan maltratada.

   En esto fueron hablando

hasta que a un pueblo llegaran

donde fue ventura hallar

al médico que sanara

al desdichado Sansón

de suerte tan desgraciada.

   Tomé Cecial lo dejó

e, imaginando venganza,

se quedó allí el bachiller

y la historia aquí lo aparca

por volver a don Quijote

y disfrutar con su hazaña.