SEPTIEMBRE.
Un año antes del terrible 11S, hubo
otro septiembre, y antes de ese septiembre hubo otras muchas fechas en las
que, desde la creación artificiosa del estado de Israel, los pueblos
árabes vecinos, y en especial el pueblo palestino, han sido sistemáticamente
zaheridos por los sionistas y sus aliados.
Grande es el poder de Alá, pero más grande debe ser el del lobby judío americano cuando desde entonces ha hecho y deshecho a su antojo con todo ser viviente que se opusiera a sus deseos, que dicen que sólo es uno: que se les reconozca el derecho a existir y a tener un estado. Mas no debe ser ese su único deseo, pues cuando parece que todo el mundo árabe lo reconoce desde hace años, son ahora los israelíes los que no conceden el mismo derecho al pueblo palestino, y actúan contra ellos de modo parecido a como los nazis lo hicieron con sus antepasados. Si los americanos midieran a todos por el mismo rasero ¿cuántas veces debían de haber invadido Israel, capturado al primer ministro de turno y reducido a la nada al poderoso ejército israelí, su servicio de inteligencia y toda su maquinaria de exterminio? ¿Cuántas son las resoluciones de la ONU que una detrás de otra se han saltado a la torera los israelíes con el beneplácito de los diferentes inquilinos de la Casa Blanca? La acumulación de vejaciones contra el pueblo palestino se vio culminada el 18 de septiembre de 2000 (a esta fecha no se la nombró 18S, se pensaría que no iba a trascender y por ello no merecía la pena ser recordado de forma tan sublime). El actual primer ministro de Israel, Ariel Sharon, con su calculada y premeditada actitud provocadora y desafiante, propició que saltara la chispa que hizo que prendieran todos los incendios posteriores: velada guerra del Talión multiplicada por dos o por tres o por cuatro,11S, guerra de Afganistán, atentado de Bali, guerra de Irak (de la que, como de toda guerra, sabemos cuándo y cómo empezó, pero no cuándo y cómo acabará), atentados de Estambul y Casablanca, hasta llegar a nuestro no menos horrible 11M, y sabiendo que de los rescoldos de estos fuegos nacerán otros. “Poderoso caballero es don Dinero” ¡Cuánta razón tenía Quevedo! Por mucho que los político y medios de comunicación americanos y sus lacayos occidentales pretendan presentarnos la actual situación de inseguridad mundial como un choque de religiones, culturas o civilizaciones, todo el secreto estriba en el poder de tan poderoso caballero, nunca jamás mejor representado que hoy en día por la administración Bush y sus satélites. ¡Cuánta vida inocente va cayendo día a día! Nosotros, y es normal, prestamos más atención y nos duelen mucho más nuestros doscientos de un solo día pero ¿y el chorreo diario en los territorios ocupados por Israel y en el propio estado judío? ¿Y los doscientos, doscientos y doscientos..., que han caído y seguirán cayendo en Irak desde que hace un año el amo del mundo dijo que había que empezar una guerra ilegal, ilegítima, innecesaria e inicua? ¿Dónde están los motivos que fueron origen de dicha guerra? ¿Los seguirá buscando George W. Bush cómicamente debajo de la mesa del despacho oval? ¡Cuánta indignidad en su actitud ante el mundo entero! Que Jehová, Dios y Alá se apiaden de nosotros e iluminen a unos y a otros para que pongan fin a esta cadena de atrocidades que sólo conducen a nuevas y mayores salvajadas. El camino del fin debe comenzar por la justa resolución de la cuestión palestina, de otro modo muy mal lo tenemos todos. Teodoro R. Martín de Molina. Abril-2004. |