Castillo de Gaucín y Sierra de Casares. www.serraniaderonda.com

LA GACETA DE GAUCÍN

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COLABORACIONES


Poemas Ecológicos III

José Mª Medina Gavilán
   
 LA NATURALEZA EVOLUTIVA.

¡Ay Señor la naturaleza!
que Tú creaste
con tu gran alteza.

Y el hombre
la rompe y destruye
por culpa
de su mala cabeza.

Pero Tú, Señor,
esto lo sabías
que mas temprano que tarde
todo esto ocurriría.

Y yo solo puedo decir
lo que Tú me haces de sentir.
 
PESCADITO CHICO.

Sin querer yo lo pude ver
que en una mañana temprana
en la playa de la Misericordia
pescaban como les daba la gana.

Que la Misericordia está contaminada
en Málaga todos lo sabemos
y por ello no hay discordias.

Pescaban a la sazón,
las ocho de la mañana
es la mejor ocasión.

Pero en el paro y sin un duro
no nos ha de extrañar
que pesquen inmaduros.

¿Chiquitines? !No Gracias!
!Déjalos crecer, pobrecitos!

Pescaditos chicos
lo pesca el pobre
y se lo come el rico.

Y eso que ya sabemos
donde han sido pescado
ya ves que no importa
de que están contaminados.

¡Y es que están tan, tan ricos!
pero estando bien, bien fritos
están muy, pero que muy ricos.

Pescadito chico contaminado
el pobre lo ha pescado
y el rico se lo ha cenado.


 LAS FRUTAS CON SEMILLAS.

En primavera, ¡qué bonitas son las flores!
que visten al campo de infinitos colores
e impregnan el aire de diferentes olores
y te recuerdan ya los frutos con sus sabores.

Y pensar que de unas simples semillas
nacen y crece la hierba con sus flores
que a la vista contemplarlas maravilla
y el alma de poeta goza en los colores.

Luego más tarde nace el  fruto
y cuando llega el calor del verano
sólo hay que alargar la mano
y coger el más maduro y lozano.

Del ser del hombre es coger una semilla
plantarla, regarla y verla crecer
y satisfacerse en ese proceso que maravilla,
y luego, cuando ya está el fruto, comer.

Porque hay que ser tonto, malo y muy bruto
para no saber que si no se come fruta
te puede entrar fácilmente el escorbuto
ya que no hay nada que mejor al cuerpo nutra.
SE QUEMO LA SIERRA CRESTELLINA.

En una tarde de verano
con viento de poniente
un pobre desgraciado
medio hombre o medio fulano
a la sierra Crestellina
fuego le ha pegado.

!Qué bonita era la sierra!
a mí me gustaba mirarla
no tenía formas ni aristas
era tan simple y difícil
piedras grises y matas verdes
imaginártela no puedes.

Es grande y espontánea
hermosa y natural
dormida en la campiña
de buitres morada
alta e imponente
de difícil escalada.

Así era la sierra
y ahora sólo quedan
árboles muertos y piedras,
cenizas negras y tierras
en la mitad de poniente
¡que fea está la sierra!

Cuando el agua de lluvia
reclame el suelo
mejor será no verlo
y como aún no ha llovido
las cenizas al río
todavía no han ido.

Los lentiscos negros
parecen negros espectros
de otros tiempos
mas de piedras grises
y cenizas negras
se cubre la tierra.

Pero se produjo el milagro
al percatarme y ver
a un ajo porro florido
que me ha sorprendido
y algunas palmeras negras
con tallos verdes saliendo.

Yo fui en tarde soleada
a inspirar este poema
pero me empezó la pena
y mas tarde en mi casa
sueño y enorme malestar
que no sabía como remediar.

Será que ya la sierra
no es un lugar natural
y que todo el que allá va
le entra un raro mal
!pues no es natural
que haya así un lugar!

Hasta que pase el tiempo
y salgan de nuevos
los acebuches y los hérguenes
las palmeras y la hierba
con los inquietantes
cardos borriqueros.

Y tal vez alguna semilla
escondida del lirio
que mi amigo el botánico
me dijo que sólo había
aquí y en la sierra Nevada
y la sierra esté repoblada.

No será ese lugar
que te embruja al mirar
y que en nada te hace pensar
suponiendo que cuando
haga viento de poniente
no la queme otra vez
ese fulano tan raro
hombre tonto y malo.