LA NATURALEZA EVOLUTIVA. ¡Ay Señor la naturaleza! que Tú creaste con tu gran alteza. Y el hombre la rompe y destruye por culpa de su mala cabeza. Pero Tú, Señor, esto lo sabías que mas temprano que tarde todo esto ocurriría. Y yo solo puedo decir lo que Tú me haces de sentir. PESCADITO CHICO. Sin querer yo lo pude ver que en una mañana temprana en la playa de la Misericordia pescaban como les daba la gana. Que la Misericordia está contaminada en Málaga todos lo sabemos y por ello no hay discordias. Pescaban a la sazón, las ocho de la mañana es la mejor ocasión. Pero en el paro y sin un duro no nos ha de extrañar que pesquen inmaduros. ¿Chiquitines? !No Gracias! !Déjalos crecer, pobrecitos! Pescaditos chicos lo pesca el pobre y se lo come el rico. Y eso que ya sabemos donde han sido pescado ya ves que no importa de que están contaminados. ¡Y es que están tan, tan ricos! pero estando bien, bien fritos están muy, pero que muy ricos. Pescadito chico contaminado el pobre lo ha pescado y el rico se lo ha cenado. LAS FRUTAS CON SEMILLAS. En primavera, ¡qué bonitas son las flores! que visten al campo de infinitos colores e impregnan el aire de diferentes olores y te recuerdan ya los frutos con sus sabores. Y pensar que de unas simples semillas nacen y crece la hierba con sus flores que a la vista contemplarlas maravilla y el alma de poeta goza en los colores. Luego más tarde nace el fruto y cuando llega el calor del verano sólo hay que alargar la mano y coger el más maduro y lozano. Del ser del hombre es coger una semilla plantarla, regarla y verla crecer y satisfacerse en ese proceso que maravilla, y luego, cuando ya está el fruto, comer. Porque hay que ser tonto, malo y muy bruto para no saber que si no se come fruta te puede entrar fácilmente el escorbuto ya que no hay nada que mejor al cuerpo nutra. |
SE QUEMO LA SIERRA
CRESTELLINA. En una tarde de verano con viento de poniente un pobre desgraciado medio hombre o medio fulano a la sierra Crestellina fuego le ha pegado. !Qué bonita era la sierra! a mí me gustaba mirarla no tenía formas ni aristas era tan simple y difícil piedras grises y matas verdes imaginártela no puedes. Es grande y espontánea hermosa y natural dormida en la campiña de buitres morada alta e imponente de difícil escalada. Así era la sierra y ahora sólo quedan árboles muertos y piedras, cenizas negras y tierras en la mitad de poniente ¡que fea está la sierra! Cuando el agua de lluvia reclame el suelo mejor será no verlo y como aún no ha llovido las cenizas al río todavía no han ido. Los lentiscos negros parecen negros espectros de otros tiempos mas de piedras grises y cenizas negras se cubre la tierra. Pero se produjo el milagro al percatarme y ver a un ajo porro florido que me ha sorprendido y algunas palmeras negras con tallos verdes saliendo. Yo fui en tarde soleada a inspirar este poema pero me empezó la pena y mas tarde en mi casa sueño y enorme malestar que no sabía como remediar. Será que ya la sierra no es un lugar natural y que todo el que allá va le entra un raro mal !pues no es natural que haya así un lugar! Hasta que pase el tiempo y salgan de nuevos los acebuches y los hérguenes las palmeras y la hierba con los inquietantes cardos borriqueros. Y tal vez alguna semilla escondida del lirio que mi amigo el botánico me dijo que sólo había aquí y en la sierra Nevada y la sierra esté repoblada. No será ese lugar que te embruja al mirar y que en nada te hace pensar suponiendo que cuando haga viento de poniente no la queme otra vez ese fulano tan raro hombre tonto y malo. |