Cuan lágrima de las amargas será la última, Cuándo mi beso será más que suave brisa, Cuándo lo imposible no será más que suave en los labios caricia, Cuándo el alba del Amor ganará al ocaso de mi injusticia. Porque el cyclamen quiere la primavera, ¡ya suena, llora y llueva! Porque la noche de verano quiere a la luna como yo tu faz de hermosura, ¿Por qué aguantar nublosas tormentas de deseo y amargura? Porque tú fuiste mi momento de locura, mi inspiración, ¡mi musa! Nunca en ti permitiré un dolor más triste que el mío, en mí, saber tu sufrir sería la perdición, quizá aún más frío. Aunque no derrocharé el don vital, mas sigo mi cammo ... ¡Y que el cancerbero abra las puertas si yo miento! Jamás se apagará en mí lo que yo por ti siento El libertador de sonidos, en la voluptuosidad
de los 15 años.
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