¡No a la guerra!
Fue Jesús el del madero, Quien creo el martirio de angustia al ser nacido. Y el cielo, alcanzarás. ¿Quién ha visto lo cierto de la segunda vida? Al menos al inocente.
Dadle calor de hogar, que toda madre buena con espinas en el alma y dolida, ensangrentada al contemplar el cuadro deshecho hasta la eternidad. Ni un rayo de esperanza , ni luna enamorada... Desde la sombra, los regímenes todos hacen la vida imposible al humano, sin sentir en sus carnes, la sed, el hambre... Ya sé que son palabras... y no son hechos. Si dormir yo pudiera y soñar con un mundo mejor si hay cristiano bueno ¡que corrija el mal de muerte y destierro! Y volverá a pasar ya en el olvido, ¡YA!
Nota. Éste y los demás poemas de nuestra paisana Ana Mª del Carmen Corbacho Jiménez, que publicamos en la sección "Colaboraciones" de La Gaceta de Gaucín, se los debemos a la amabilidad de su hijo Ricardo Gálvez Corbacho que periódicamente se pone en contacto con nosotros para enviarnos los sentidos poemas de su madre. |