Una liebre muy contenta Con su figura galana Se encontró a una tortuga Cuando por el bosque andaba. La miró de arriba abajo Y riéndose con ganas Le habló de su lentitud Y de sus pequeñas patas. -Puede que seas veloz -dijo la tortuga enana- Pero si echamos carrera Veremos a ver quién gana. La liebre tan engreída Sólo pensaba en ganarla Y propuso que la zorra El circuito señalara. Una vez llegado el día Las dos están preparadas Y a la señal convenida A correr comienzan ambas. Sin dejar de caminar Nuestra tortuga avanzaba, La liebre se echó a dormir Confiando en su zancada Y cuando se despertó Comprobó muy asombrada Que la pequeña tortuga La meta la traspasaba. Aunque parezcamos lentos Si tenemos confianza Bien podemos conseguir Las más hermosas hazañas |