He vivido rápido, seguro, Más de la cuenta, no te lo niego. He atravesado paraísos y paisajes En los que nadie se detuvo Por miedo a la "Madeja" de la belleza Y a lo insoportable de un "Contigo pero sin ti". He bajado a báratros candentes Cuando el diablo que todos llevamos dentro Se empeñaba en pinchar más de la cuenta, Como si yo fuese el portero del infierno Al que le toca turno de noche Mientras otros se largan de putas. Fondos he tocado sin guantes Y sin miedo al lodo arcilloso. Nunca se me han caído los anillos, Suerte la mía, por no llevarlos puestos. Bendita mi alergia crónica a la mentira Y mi habilidad para moldear el temporal. Soy tan inocuo como el vino, Según con que lo mezcles, Tan sincero como una farsa Si se representa teatralmente Con una acústica decente, Tan mierda como un moñigo Si lo pisas con cariño, Con la esperanza de tener suerte. En definitiva, Soy otro licenciado más En leyes que no comprendo Y aprendiz de la vida de rostro estrecho Pero tierno si me miras de perfil. Mi mejor lado: El que no miras de frente, El que espías o supones sin pre-juicios. Otro licenciado más En letras puras. Todo lo más, Uno de esos estúpidos cupidos Que se pregunta a diario: ¿Donde radica la pureza? ¿En la nobleza O en la cerveza? Como dijo un Maestro: "Menos mal que amanece". Esta noche sólo me quedan claras Tres cosas: "Que mañana siempre es otro día, Que menos mal que anochece, digo, amanece, Y que las palabras son una madeja Para quien quiera tejerlas o descoserlas". |