Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

GOLPES BAJOS.

En la época del general, cuando TVE era la mejor de España, muchas noches nos ofrecían veladas de boxeo en las que contemplábamos el intercambio de golpes entre boxeadores en busca de la victoria. El comentarista de turno, supongo que sería Matías Prats que era especialista en todo, nos hablaba de los distintos tipos de boxeadores: fajadores, pegadores, estilistas, elegantes, clásicos, luchadores, encajadores, etc; y también estaban los marrulleros, los que, cuando la puntuación de los jueces les era desfavorable, aprovechaban la primera oportunidad que se les presentaba para asestar al contrincante un golpe por debajo de la imaginaria línea de lo permitido; si el árbitro se apercibía del hecho, podía amonestar al infractor e incluso descalificarlo.

El señor Zapatero, no se explica uno muy bien cómo, tuvo la feliz idea al comienzo de la precampaña electoral de comprometerse a no intentar formar gobierno si el PSOE no contaba con un voto más que el PP. Este hecho descolocó a toda la grey popular que había basado el inicio de esa precampaña en la descalificación del contrincante en base a los pactos a los que había llegado para gobernar después de las últimas elecciones municipales y autonómicas, y de las anteriores. Tenían preparada toda su batería de fantasmas, ñáñaros, cocos y demás artilugios inquietantes para lanzarlos como dardos envenenados a las partes más sensibles del contrincante. La idea de Zapatero les aguó la fiesta y hubieron de maquinar el golpe que contrarrestara el posible efecto positivo en las urnas del compromiso socialista.

No fueron ellos los que se entrevistaron con ETA en Francia y, dicen, que no fueron los que filtraron al ABC el encuentro, pero qué bien les vinieron la “carodiada” y las investigaciones del CNI. Cómo las usaron y cómo utilizaron todos los medios a su alcance (medios de comunicación, quiero decir) para demonizar, no al ínclito Carod, sino a los que les interesa a ellos: a los socialistas, los demonios por antonomasia. No se conforman con ello sino que, además, les dicen qué es lo que deben hacer y cómo deben hacerlo, en Madrid, en Barcelona y en la Conchinchina.

A pesar de las primeras dudas, declaraciones precipitadas, ataques de los contrarios y estupideces de los propios, de una u otra manera, el terremoto Carod se va apaciguando y los efectos pretendidos no son los conseguidos y, tacita a tacita, el PSOE parece encajar bien el golpe y levantar un poco la cabeza.

Durante la semana pasada se hacen públicas las primeras encuestas de las que, al parecer, se desprenden que el PP puede perder la mayoría absoluta. La distancia entre los dos principales contrincantes se hacen cada vez más cortas, y es en la corta distancia donde el marrullero aprovecha para dar los golpes bajos. 

Como el asunto Rovira estaba un poco apagado, la banda asesina ETA hace público un comunicado declarando una tregua para Cataluña, o sea para Maragall y los suyos en opinión del PP. Los extremos se tocan y el PP salta a la yugular de los socialistas aprovechando el comunicado etarra. Esta tregua les ha parecido creíble a todas las harcas del PP, no como la anterior que fue una tregua trampa. Aquella era un engaño para todo el que tuviera ojos en la cara, ésta, sin embargo es una tregua fetén, resultado de los pactos del Josep Lluis con la banda terrorista. Por eso, de nuevo se le dice a los socialistas qué es lo que deben hacer y cómo deben hacerlo. El candidato popular, primero, nos mete el miedo en el cuerpo para, a renglón seguido, llamarnos a la tranquilidad porque están ellos para salvarnos de los socialistas irresponsables, ineptos, incapaces, incoherentes, in, in, in... (que “inritación” escuchar la ese final pronunciada por el candidato popular).

Otra vez se vuelven a producir las dudas, las declaraciones precipitadas, los ataques feroces del contrincante, y las estupideces de algunos propios.

Espero y confío que de este nuevo intento ilegítimo de derribar al legítimo gobierno catalán y, por ende, hundir hasta donde se pueda al partido socialista, emerja de nuevo la figura de gran político que demostró ser Maragall tras la primera intentona.

Pero, a nivel nacional ¿saldrán vivos los socialistas de este nuevo golpe? Zapatero se sacó de la chistera el conejo del pacto antiterrorista del que tanto provecho está sacando el PP. ¿qué se sacarán los del PP a mitad o al final de la campaña para asestar al conejo el golpe definitivo que lo deje sin posibilidad de reacción? En un combate de boxeo el árbitro puede amonestar y hasta descalifacar al marrullero, en política esa labor le está reservada al pueblo, él tiene la última palabra. ¿Será el pueblo español capaz de leer entre líneas y de escuchar y ver entre ondas para no tragarse todo lo que le echen? La solución antes de San José.

Teodoro R. Martín de Molina. Febrero-2004