Sábado, 02 de Noviembre
de 2013 14:42
,
Dori Nuñez
Margot
Ortega fue la primera en meterse
en el agua para ayudar a las dos
inmigrantes que quedaron en la
patera.
Muertas del
frío, sin parar de temblar y
empapadas de agua salada. Así
encontró a la mujer y a la niña
que iban en la patera. A
Margot no le dio miedo ni
reparo meterse en el mar frío
para llegar a estas dos
personas. Les dio la mano y las
calmó mientras que las olas
seguían empujando la embarcación
hasta la costa. Les sonreía para
que ellas vieran que estaban a
salvo. Vio sus caras
descompuestas por el miedo.
Tenían la mirada perdida y no
paraban de llorar. Imagina que
las dos inmigrantes pensaban que
el sufrimiento se había
terminado, que ya estaban en la
orilla y que nada malo podría
pasarles. No paraban de tiritar
de frío y tampoco entendían lo
que sucedía a su alrededor. De
esta forma define Margot
Ortega lo que vio al
acercarse a la patera que estaba
en la orilla de la playa del
Hipódromo, muy cerda de donde
estaba con su marido tomando el
sol. Ella está de vacaciones en
la ciudad. Es de Madrid, pero ha
venido con su marido Pedro
Falcón a visitar a una hija que
vive en Melilla. Nunca habían
visto una patera, excepto por la
televisión. Los dos estaban muy
impactados con este suceso.
No fue hasta que Margot
se metió en el agua y se acercó
a estas dos inmigrantes cuando
el resto de personas que miraban
la escena se animaron a ayudar.
Margot, a sus más de 65
años, no tenía fuerza suficiente
como para coger a las dos
inmigrantes para bajarlas de la
embarcación, pero sujetó como
pudo la patera mientras que la
Guardia Civil llegaba. Unos
instantes más tarde los agentes
se metieron en el mar y cogieron
en brazos a las dos mujeres de
origen subsahariano que apenas
podían moverse.
Margot se quedó con
ellas. Junto a los agentes le
quitó algunas prendas de ropa a
la niña que estaban empapadas de
agua. Asegura que llevaba puesto
tres pantalones y cuatro
camisetas. Cree que era para
aguantar el frío de la
madrugada. También la mujer que
iba en la patera llevaba puestas
varias prendas de ropa.
Una cosa que le llamó la
atención a Margot fue que
las dos inmigrantes llevaban un
solo guante en las manos. Sólo
tendrían un par de guantes y lo
estaban compartiendo, porque los
dos eran iguales. Explica a El
Faro que la mujer le pedía una y
otra vez, con gestos porque no
hablaba castellano, que buscara
en la patera el sombrero de la
niña. Quizás eran las únicas
prendas de ropa que tenían y no
quería dejarla ahí, apuntó.
Margot es voluntaria en
Cáritas, en la parroquia
cercana a su casa de Madrid. Ha
colaborado con muchas personas
que lo están pasando mal por
culpa de la crisis y que
necesita ayuda social. Pero
jamás se había imaginado que iba
a ver en directo cómo llegaba
una patera a la playa. Tampoco,
que iba a echar una mano a los
inmigrantes que viajaban en esta
embarcación.
Esta madrileña aseguró que le
dio mucha pena que todos los
hombres que iban en la patera
saltaran sin mirar que la mujer
y la niña se quedaban
abandonadas cerca de la orilla.
No comprendía por qué ninguno de
los ocupantes de esta
embarcación ayudó a bajar a
estas dos inmigrantes.
Una vez que la Guardia Civil se
llevó a las mujer y a la niña,
se quedó junto a la patera. Miró
y remiró esa barca de madera
endeble que estaba rota en su
base. Estaba llena de ropas y
telas. También dentro estaba el
gorro de la menor.
Margot se fijó en que,
junto al motor de la barca,
había un gran cubo de plástico
repleto de piedras. Atónita
comentaba con otros ciudadanos
que estaban en la orilla que
esas piedras hubieran acabado en
las lanchas de la Guardia Civil
si hubiera interceptado antes
la patera.
Mientras todo esto sucedía en la
orilla, decenas de curiosos se
paraban para mirar desde el
Paseo Marítimo lo que ocurría.
Algunos aseguraban que por mucho
que se levantara una valla con
pinchos, nadie iba a ser capaz
de parar a estas personas que,
con desesperación, deseaban
llegar a España. Si consiguieron
atravesar andando desiertos,
subirse a una barcaza medio
derruida o escalar una valla no
iban a ser impedimentos para
llegar a Melilla, apuntaron.
http://www.elfarodigital.es/melilla/sociedad/134108-una-madrilena-al-rescate-de-dos-subsaharianas.html