Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

BISOÑEZ

Cuando llegan al poder aquellos por los que uno votó, casi sin quererlo, el espíritu crítico del que se ha hecho gala hasta ese momento comienza a mermar y acabamos convirtiéndonos en comparsa con muy poco que decir del desarrollo de la acción de los gobernantes, e incluso de la oposición. Por ello no es bueno que pase más tiempo sin que tomemos nota de algunos aspectos que en estas primeras semanas de gobierno socialista llaman la atención por la inexperiencia de la que han dado muestra más de uno de los nuevos ministros del gobierno y, en ocasiones, del gabinete en general.
Desde las desafortunadas declaraciones del ministro de Interior sobre la imprevisión política del anterior ejecutivo respecto al atentado del 11 de marzo, la bajada del IVA para libros y demás bienes de consumo cultural de Carmen Calvo, las declaraciones sobre privatizaciones del Secretario de Estado de Economía, los cambios de léxico de la ministra de Vivienda para decir lo mismo de diversas y variopintas formas, las declaraciones de Montilla sobre los horarios comerciales, hasta la velocísima condecoración del ministro de defensa, todo ello aderezado con rectificaciones, desmentidos y aclaraciones de ellos mismos o del vicepresidente económico (éste, realizando un papel parecido al que desempeñara el famoso profesor Barea en los primeros meses del primer gobierno de Aznar), son muestras más que evidentes de la bisoñez del bisoño equipo de gobierno del presidente Rodríguez Zapatero.
Los que van a guiar el designio político de nuestro país en los próximos años deberían ponerse de acuerdo antes de realizar declaraciones de cierto calado. Existe algo llamado coordinación que alguien debería recordarle a todos ellos para que la pongan en práctica y así no den lugar a lo que antes tanto se criticó sobre los famosos globos sondas que se lanzaban por si alguno colaba. No creo que sea excesivo pedirles que no vaya cada uno al albur diciendo esto hoy y mañana lo otro, desdiciéndose o siendo rectificado por otro miembro de su mismo gobierno. Además de la coordinación, que es una virtud colectiva, también deben saber que existen virtudes individuales como la prudencia, la continencia y la moderación que tampoco son desdeñables para aquél que comienza una nueva tarea.
Todos estos detalles, que en un principio pueden ser considerados de escasa gravedad, son aprovechados por la derrotada derecha, que no acaba de asumir su derrota, y todos los medios propagandísticos afines, que no han cedido ni un ápice en la defensa de sus postulados ni en el ataque permanente y sin tregua al más mínimo error, real o supuesto, del nuevo gobierno, aunque ese error no le sea achacable a éste, sino al anterior del PP (negociación de las OCMs agrícolas, astilleros, asuntos pendientes del ministerio de fomento, etc), para tratar de influir en la opinión pública e ir, desde ya, tratando de desautorizar la labor del gobierno y, en definitiva, inclinar la balanza a su favor en las próximas elecciones (para algunos la campaña de las próximas generales comenzó el día 15 de marzo). Hasta los propios sindicatos han vuelto  a insinuar que volverían a ser lo que fueron en tiempos de los anteriores gobiernos socialistas (tan agresivos con aquellos, tan sumisos con los del PP y dispuestos a volver a desenterrar el hacha de guerra a la menor ocasión que se presente).
Como se ve, el patio no es nada favorable al nuevo gobierno, al que eso de los cien días de gracia no le ha sido concedido por nadie, ni por ellos mismos. Decisiones tan importantes y trascendentales como la retirada de las tropas de Irak han tenido
menos críticas de todas partes (si exceptuamos al insigne escritor, patriarca de una saga de escritores, D. José María) que cualquiera de las meteduras de pata a las que antes me he referido.
Por favor, traten de pensar un poco antes de soltar a los medios, y a su través a la ciudadanía, una de sus ocurrencias y que alguien del propio gobierno se encargue de coordinar a los ministros en sus comparecencias y declaraciones, que para propaganda y auto-bombo ya cuentan con el ministro de Defensa, el inigualable “Super Bono”.
Teodoro R. Martín de Molina. Junio-2004.