Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

VIOLENCIA.

Jugando con el dial de la radio pasé por Onda Cero y, primero, oí y, después, escuché a una tertuliana nocturna de nombre Mamme (el apellido no lo dijeron ni lo conozco), hacer un comentario sobre uno de los últimos sucesos de violencia de género. En dicho suceso un padre había matado de dos tiros al marido de su hija en plena calle. La periodista, si es que lo es que no sé, hizo un comentario en el sentido siguiente: “¡Qué habría hecho el yerno para que el suegro la emprendiese a tiros con él!”
En este tipo de comentarios en  los que, de algún modo, se trata de justificar el uso de la violencia en determinados casos, se pueden amparar todos los violentos y sus defensores para justificar cualquier tipo de violencia venga de quién y de dónde venga. Desde el maestro que le rompe el tímpano a un alumno, al padre del alumno que agrede a otro maestro; desde el jurado que condena a una persona a la pena capital, al terrorista que produce una masacre; desde el novio que acuchilla a su ex-novia, a la esposa que mutila al marido…
Para el violento siempre hay un motivo, una excusa, para llevar a cabo su acción. El violento se justifica a sí mismo en todos los casos, lo que no debería contar es con la justificación de determinados sectores según quién, cuándo y cómo.
La violencia, quienes la practican, quienes la defienden, quienes la justifican, quienes le dan publicidad, quienes la propagan y tantos y tantos otros quienes, debe/n ser erradicada/os. Mas para conseguir eso podemos echar mano de todo, de cualquier cosa, menos de la propia violencia y de los argumentos que tratan de justificarla.

Teodoro R. Martín de Molina. Abril-2004