He recuperado la costumbre De retomar mis costumbres: La de coserme las heridas Que sólo duelen a quien las padece, Esas llagas fustigadas Que abiertas parecen un mundo, Y cerradas son Una catedral en vena. La de mirarme al espejo Y decir "basta ya". La de asomarme a la curva De los días asimétricos Por mucha tristeza Que rezumen los templos De la incertidumbre. La de esconderme Mientras me buscas, La de encontrarte Mientras te escondes. He recuperado la costumbre De acostumbrarme a lo que soy, Así, sin baratijas Ni baratas burguesías. Pierde quien no ama, Por mucho que me pierda Mientras te amo Sin escrúpulo alguno. Costumbre de salir Por la puerta estrecha De las esquinas nacaradas De unas estrellas dibujadas Que alguna vez fueron miedo, Hasta que unos ojos resolutos Me llamaron por mi nombre. No he perdido la costumbre De asomarme a los balcones De tus ojos verdes, A las rejas de tus dedos libres, Mientras supongo tus pestañas Como persianas griegas Que suavizan la luz si me ciega, Y demuestran al caminante azaroso Que en el camino también Se ha de ganar. El diablo no sabe por viejo Ni por diablo. En el exilio del infierno, Coleccionaba cromos de mi... |