Sales, pruebas, saltas, Eres una pequeña meseta Encerrada en el cuerpo de una niña menstruada. Entras, pruebas, hueles y escuchas mi canción, Pero nadie te esta esperando. Y pareces más que nunca una princesa de amapolas Con alas de mariposa Y cuerda de una cometa atrapada en mi nuca. Hablo, no distingo, No se que decir, no me siento tan bien como crees Espero, deseo que llegue la muerte, Tarde o temprano pero certera. No te esquivaré, permaneceré esquilando vacas Maullando a la luna que vive a un metro cuadrado de casa, Ladrando a los huecos húmedos carcomidos De los cobertizos que disipo entre la montaña, O de los árboles tempranos de mi terraza. Te cogeré una manzana del árbol Habré llegado para la cena, Es la hora de mirarme y despedirme De la objeción de conciencia que te atrapa Y que te impide volar por encima de mí, De la cuerda de cometa que te ata a mi nuca, De la cuerda de cometa que no se volar, Porque sólo aprendí a aterrizar, Y sólo aprendí a hacer parábolas sobre el amor, La libertad, la ilusión, Y todas esas estupideces que nos hunden de por vida, Pero que nunca nos dicen nada. |