el señor de los leones
segunda parte de las aventuras y desventuras de don quijote y su fiel escudero sancho

fragmentos del capítulo XII: 

"El Caballero del Bosque,

Que después será de Espejos,

Conversa con don Quijote."    

...  

   Para confusión de hombres

el autor dejó en escrito

la amistad del animal

de un modo tan bonito

en un ambiente agradable

y además muy pacífico,

que contrasta con aquella

que entre los hombres ha habido

pues estos muy mal la guardan

y por ello ya se dijo:

«las cañas se vuelven lanzas,

no hay amigo para amigo».

No parece que el autor

se saliera del camino

pues los hombres de las bestias

hemos recibido avisos,

muchas cosas de importancia

del animal se ha aprendido:

de grullas, la vigilancia;

de las cigüeñas, el nido;

de hormigas, la providencia;

del can, ser agradecido.

   Al pie de un viejo alcornoque

Sancho se quedó dormido,

don Quijote junto a encina

asunto similar hizo,

mas todo por poco tiempo

pues lo despertó un ruido

que a sus espaldas sintió

y al levantarse él vido

a dos hombres a caballo

y el uno al otro le dijo:

   –Apéate y quita frenos

a los caballos, mi amigo,

que es éste a mi parecer

un extraordinario sitio

para que ellos descansen

y se relaje mi espírito.

   El decir esto y tenderse

fue en un visto y no visto,

y las armas que lo armaban

formaron grande ruido,

que debe ser caballero

don Quijote ha deducido,

y llegándose hasta Sancho

con voz muy queda le dijo:

   –Hermano Sancho, aventura

del cielo nos ha caído.

   –Pues que Dios nos la dé buena

–Sancho Panza ha respondido–.

Pero ¿adónde está la tal

aventura que me ha dicho?

–¿Adónde, Sancho, que adónde?

vuélvete y verás tendido

un andante caballero

que parece dolorido.

   –Pues ¿en qué halla su merced

la aventura  en lo que ha visto?

   –No quiero decir que sea,

pero escuchemos con tino

que se dispone a cantar

y así tirando del hilo

si prestamos atención

se sacará hasta el ovillo.

   Quiso responderle Sancho

mas la voz del susodicho

comenzaba a hilar los versos

preñados de su amorío,

y resultó ser soneto

de un corazón afligido,

que una vez lo concluyó

con voz lastimera dijo:

 ...

romances                                                                anterior                                                  siguiente