Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

OPINIÓN

Un botón

 

He tenido que rebuscar en mis viejos archivos para no repetirme en el titular de este articulillo pues, en un principio, pensé en llamarlo “La marca España” pero, tras la pertinente indagación, he podido comprobar que ya, en septiembre de 2012, había escrito otro intitulado de ese modo. Así que, como podéis comprobar, he cambiado lo de la marca por lo del botón, por aquello de que “para muestra con uno basta”

Y es así, pero en esta ocasión voy a hacer referencia a tres botones que han venido a coincidir en el tiempo prácticamente y que tomados uno a uno o los tres en su conjunto, nos dicen a las claras todo lo que hace este gobierno en pro de la tan cacareada “Marca España”.

En el ámbito nacional un último botón que reafirma en el exterior el buen nombre de nuestra España. No cabe duda que las revelaciones sobre los consejeros y directivos de Caja Madrid / Bankia a los que graciosamente se les proporcionaba una tarjeta opaca para su uso y disfrute discrecional, es una cuenta más en el inagotable rosario de corruptelas varias en las que se ve inmersa un día sí y otro también nuestra clase política y sus aledaños, o sea, los puestos a dedo por ella misma. No es quizá el más grave de los casos de corrupción, pero sí el paradigma de la sinvergonzonería, la desfachatez y la caradura más impresionantes que nadie pueda imaginar; esa su forma de actuar con total impunidad, tomando al resto de los mortales por imbéciles o algo parecido deja atónito al más crédulo. Mientras desplumaban a los ahorradores, engañaban al fisco y dejaban a la entidad en la bancarrota total, tiraban de tarjeta con la alegría del que sabe que nunca le van a pedir cuentas del gasto, incluso en los últimos estertores algunos tenían la desvergüenza de aumentar aceleradamente sus gastos antes de que se les acabase el chollo.  Y esto es lo que sabemos hasta el momento. Marca España pura y dura.

En la escena europea, la propuesta como candidato a comisario europeo de energía del “machote” Cañete, ese superhombre que se toma los yogures caducados, que se ducha con agua fría, el de la manteca colorada y los camareros de antes, no estos inmigrantes que no saben nada, y que no responde a las mujeres como se merecen para no demostrar su superioridad, ha dado lugar a que media Europa a voz en grito (la otra media por lo bajini) ponga en duda su idoneidad para el cargo por su más que evidente actitud machista y xenófoba y su relación con la industria del petróleo, de cuyas acciones se tuvo que desprender en el minuto anterior a su comparecencia ante el Parlamento Europeo. La zorra cuidando a las gallinas, es una metáfora con la que en estos días se referían al candidato propuesto por el gobierno español para comisario de energía. Un botón europeo que acredita fielmente otro aspecto resaltable de la Marca España pata negra.

A nivel mundial, como botón que pone la guinda en este pastel, el honor que, como en tantos otros aspectos no deseables, nos cabe de ser el primer país europeo en registrar un caso de ébola. No se nos ha colado de tapadillo, no nos ha llegado en una patera con la que algunos subsaharianos alcanzan nuestras costas mientras que la mayoría de los que lo intentan se quedan entre las aguas, tampoco ha saltado por las vallas de Ceuta o Melilla (¡qué más hubieran querido algunos!). No, hemos ido a por él nosotros solitos en una acción supuestamente humanitaria que para nada sirvió sino para lo que ahora estamos viendo. No me cabe en la cabeza cuál fue el fin con el que se repatriaron a los dos sacerdotes españoles cuando ni tan siquiera se disponía del medicamento experimental con el podían haber tenido alguna, aunque mínima, posibilidad de frenar la enfermedad. Esto daba a entender que el fin de ambos misioneros ya se sabía de antemano cuál sería y, sin embargo, se actuó como se actuó, como digo no sé por qué. Todo el esfuerzo usado para las repatriaciones bien que se podían haber empleado en cooperación con los países que más están sufriendo la epidemia, como también dejar de recortar en ese capítulo del presupuesto. Lamentable la gestión del caso de la auxiliar de enfermería desde que se produjo el contagio hasta que se le ha detectado la enfermedad, y las explicaciones de la Sra. Mato al respecto me han recordado a Sancho Rof y el "bichito" del aceite de colza adulterado. Deseo fervientemente que los resultados aquellos no se parezcan en nada al caso actual, que no se produzcan más contagios y que la sanitaria enferma pronto recobre la salud. Marca España de pena.

A la vista está que la regeneración está llegando, que cada día elegimos mejor a nuestros representantes fijándonos en lo que valen y no en lo que representan y que, como dice nuestro presidente, estamos en franca recuperación y por eso en los presupuestos año tras año se ve cómo aumentan las partidas dedicadas a los que más lo necesitan.

Esto marcha la mar de bien. Vaya, como para echarse a llorar.

 

Teodoro R. Martín de Molina, 7 de octubre de 2014.

 

 

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