Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

OPINIÓN

Todo por la pasta

 

No es extraño que, desde hace un tiempo, aquellos aficionados a cortar y pegar en el Facebook y a reenviar correos, nos machaquen con fotografías de los líderes sindicales o de políticos de la izquierda, acompañados de eslóganes o pies de foto, a cada cual más ofensivo, referidos a aquellos que aparecen señalados como los culpables de la crisis que atraviesa nuestro país de forma singular, porque la de los demás países no tienen nada que ver con la nuestra, que ésta es cosa de los señalados por los corta-pegadores y “reenviadores”.

Hace ya unos días que el antiguo patrón de patronos, el tan loado en su día por los políticos y medios de la derecha, Gerardo Díaz Ferrán, está entre rejas a espera de juicio o de que pague la multimillonaria fianza que le ha impuesto su señoría. Antes de su detención, ni aun después de la misma, he tenido la suerte de ser bombardeado con corta y pegas o reenvíos referidos a tan distinguido patriota ni a sus testaferros o compinches, como mejor queráis denominarlos, entre ellos el tal Ángel de Cabo sobre el que recae el honor de ser el español al que le han impuesto la fianza más alta de la historia.

Estos personajes parecen estar abducidos por el título de aquella película española de principios de los 90: “Todo por la pasta”. Pues es la pasta, y nada más, lo que parece motivarlos en sus intereses particulares o en el desarrollo de su actividad profesional o institucional. Estos son algunos de los más señalados, pero si miramos en la prensa local no nos sorprenderíamos de ver la abundancia del uso y el abuso de los EREs empresariales y resoluciones concursales con los que empresarios menos significados siguen el ejemplo del viejo jefe para poner a salvo su dinero, en detrimento de trabajadores y acreedores.

Está visto y comprobado que todas las soflamas que tuvimos que oír del señor Díaz Ferrán, acerca del modo en el que se tenía que desarrollar la actividad económica de nuestro país, sobre todo de los trabajadores, tenían como único fin distraernos de su afán, primero, por hacerse de la mayor cantidad de dinero posible, fuese como fuese, y, después, de distraerla de la vista de la justicia para que fuesen sus trabajadores y acreedores los que cargasen con su “magnífica” gestión al frente de todas sus empresas. Mientras los curritos de a pie debíamos de trabajar más y cobrar menos, para salir de la crisis, él sólo necesitaba ganar más y engañar aun más para arruinar a los demás.

Mucho me temo que con el antiguo Presidente de la CEOE pasará como siempre suele pasar con todo lo que afecta a estos personajes, su caso se irá diluyendo en el tiempo y cuando nos vengamos a dar cuenta nos encontramos a Díaz Ferrán y sus correligionarios dando lecciones de ética en cualquiera de las televisiones señeras de la ideología dominante en los medios, que, al paso que vamos, incluso podría ser la estatal.

Vaya, como el mismito Mario Conde. O incluso, si la fortuna y el apoyo ciudadano no le es muy esquivo, mejorándolo, y así lo podremos llegar a ver de eurodiputado, como ya vimos en su día al paradigmático e inefable don José María Ruiz Mateos, otro dechado de toda clase de virtudes, y otro ejemplo a seguir.

Confiemos en que la justicia funcione al menos por una vez y que, como el protagonista de otra película relacionada con el tema: “Toma el dinero y corre”, acabe en la cárcel, éste y tanto ejemplar tan poco recomendable como pululan por el país dándonos lecciones de todo a todos.

Lo de devolver la pasta, como en tantos otros casos, ni el más optimista puede soñar con ello.

Teodoro R. Martín de Molina. 09 de diciembre de 2012

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