Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

colaboraciones      narrativa     romances    mis alumnos   enlaces   libro visitas   contactar  prensa digital  inicio  presentación

OPINIÓN

"TENTACIÓN"

        Dicen que hoy somos lo que somos y dejamos de disfrutar del placer que era vivir en el Paraíso Terrenal porque nuestra madre Eva cedió a la tentación de la serpiente, no sé muy bien por qué, y nuestro padre Adán a la de la mujer, cosa más explicable. Débil que es el ser humano desde el inicio de la creación.
    Vivir en el País Vasco no creo que sea equiparable al hecho de vivir en el Paraíso, pero, al parecer, tras las elecciones las tentaciones están a la orden del día, y los que más pueden padecerlas son los dirigentes del PSE, pues las reciben de uno y otro lado con promesas de alcanzar los mismos poderes del hacedor de todo. En cierta medida ellos, los socialistas, también provocan las tentaciones pues parecen sentirse legitimados para liderar un cambio de gobierno en base no se sabe muy bien a qué, ya que ni son la fuerza más votada ni cuenta con los aliados “naturales” con cuya suma pudiesen llegar a formar gobierno. Gobierno, que por otra parte, no sabemos muy bien cómo lo aceptarían los propios del país, es decir los vascos, aunque parece que el resto del estado, lo vería con muy buenos ojos.
    Los populares, desde que el mundo es mundo, no se han cansado de reclamar el derecho a gobernar de la lista más votada, ya sea en ayuntamientos, ya en comunidades, pero ahora, donde dije digo, digo Diego y como lo que interesa es “desalojar” a los nacionalistas del gobierno vasco, las palabras anteriores se quedan en nada, en agua de borrajas. En este momento, según ellos, lo que interesa al país, y a sus intereses de partido, es que los nacionalistas vascos salgan de Ajuriaenea y tener a un lehendakari socialista asido por sus partes más nobles, al tiempo que predicarían a los cuatro vientos que es gracias a ellos que este cambio se ha podido producir, en todo aquello que sea digno de ser tenido en cuenta, mientras que de los posibles errores los únicos culpables serán los de siempre: los socialistas; y por extensión, Zapatero.
    Ya en Navarra se claudicó por mor de los intereses nacionales y del partido, así como por los posibles efectos en las siguientes elecciones generales, y se dejó el gobierno foral en manos de UPN, que en la votación de los últimos presupuestos supo ser agradecida.
    Así puede que suceda también en Euskadi, donde prevalezcan las políticas de estado frente a las del propio territorio donde se han dirimido los distintos candidatos. Por ello se puede dar el caso de que los socialistas gobiernen en coalición con el PNV con jefe de gobierno nacionalista, lo cual facilitaría el gobierno del resto del estado, pero que en poco o en nada beneficiaría a un cambio a la forma de gobernar el propio País Vasco, que parece que, aunque tímidamente, es lo que piden los votos. También podría producirse el pacto de legislatura entre populares y socialistas, del que el único beneficiado a nivel nacional y territorial serían los populares, pues los socialistas jamás serían capaces de sacarle rédito político a dicho pacto ni en el País Vasco ni en el resto de España, serían más los votantes de izquierda que verían con malos ojos ese acuerdo que los que se mostraran a favor del mismo - no son pocos los que repiten aquello de "con los del PP, ni a coger monedas de cinco duros"-, mientras que para los populares sería su verdadero éxito total y rotundo y no el que dicen haber tenido en las pasadas elecciones, por mucho que lo pregonen.
    Ninguna de las dos opciones anteriores me parecen suficientemente atrayentes como para que el candidato socialista caiga en la tentación, ya que en ambos casos pocos serían los beneficios que obtendría después de dejarse engatusar por la malvada “serpiente” de los oponentes políticos y mucho menos ganarían los electores vascos y los ciudadanos del resto del estado, por eso yo abogaría por una tercera vía que sería algo así como el más difícil todavía de los viejos circos: un pacto con los nacionalistas en el que la lehendekaritza recaiga sobre Patxi López. Sería en cierta medida un devolver lo que los socialistas hicieron en el pasado sacrificando a Txiqui Benegas en favor de José Antonio Ardanza. Si aquello se hizo así porque las circunstancias lo aconsejaban, no menos aconsejan las actuales circunstancias a que el pacto se haga en el sentido ante expuesto, es decir, un gobierno transversal, palabreja acuñada en estos días con este asunto, de coalición con un lehendakari socialista al frente. De este modo se podrían matar dos pájaros de un tiro –o tres–: por un lado se produciría un cambio en el gobierno y en la forma de gobernar en el País Vasco, por otro se mantendría en cierta medida la estabilidad del gobierno del estado y, por añadidura, los populares quedarían en la oposición sin oportunidad de sacar pecho.
    Un poco rocambolesco sí que sería, pero puestos en la piel de López, yo no caería en la tentación de los otros sino que procuraría que los otros cayesen en mi propia tentación, si no me quedaría en casa y a seguir trabajando cuatro años más para llegar a ser el más legitimado, realmente, para intentar formar gobierno.

Teodoro R. Martín de Molina. Marzo de 2009.
<<VOLVER A OPINIÓN>>