Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

"RIZANDO EL RIZO"
   
            Hace unos pocos días dejaba en la página de presentación un par de noticias sobre el cambio de chaqueta de la portavoz socialista en el ayuntamiento de Gaucín con el título de: “Rizando el rizo del esperpento”, sin que con ello me quisiera referir a la profesión de la concejala en cuestión, sino que este titular de por sí definía, y define, lo que para mí es todo lo que está sucediendo en mi pueblo en el plano político: un esperpento en el más estricto sentido de la palabra y del género literario que inventara don Ramón María del Valle Inclán. Mas toda esta absurda representación de la que nos informan los medios, como tantos casos similares, no tendría sentido en sí misma si no se viera a tres leguas que está salpimentada por la defensa de unos intereses privados que prevalecen sobre los públicos que dicen defender los implicados. Intereses no manifestados explícitamente pero que no por ello dejan de estar en la mente de todos los que nos asomamos a las noticias que de situación tan grotesca se derivan y en las que se dejan traslucir las intenciones pasadas, presentes y futuras, de los susodichos.
    No sería de extrañar que en breve aparecieran nuevas informaciones que nos aclaren aún más, si ello fuese necesario, el tejemaneje que se traen entre andalucistas, el popular y la desertora de la portavocía socialista, (cuán taimada su actitud, aunque a los que dicen conocer el paño parece que no les ha venido de sorpresa), así como los allegados a todos ellos. Rumores, rumores, rumores, hablaban algo de todo esto que ahora está sucediendo a la luz del día y que antes sólo se urdía en los cenáculos del trapicheo, aunque al final, como se suele decir: “Todo se sabe”.
    Siento pena al ver cómo fenómenos como éste pueden pasar en mi pueblo. Creía que esto era propio de otros lugares en los que el beneficio que consiguen aquellos que ostentan el poder o están próximos a él alcanzaba cifras mareantes. Nunca pensé que en un pueblo con el abolengo del mío pudiesen urdirse semejantes apareamientos políticos con el fin de quitarse de en medio al único que ha demostrado en toda su trayectoria honestidad e inflexibilidad ante el chantaje y el soborno algo que, al parecer, los munícipes que promueven su remoción, con el añadido último de su ex portavoz, no están dispuestos a tolerar y mucho menos a poner en práctica.
    Después de las vacaciones, un gaucinense en la diáspora, asiduo visitante de La Gaceta, me enviaba un mail en el que hacía referencia al chascarrillo que en otras épocas corría de boca en boca por el pueblo y que todos conocíamos relativo a la naturaleza canina y amante del agua de aquellos que nos gobernaban auspiciados por las máximas autoridades del régimen. Parecía que con la elección de nuestros ediles en las urnas aquello iba a dejar de tener sentido, pero no creo que en ocasión como la actual pueda ser más aplicable el referido dicho.
    Según mi comunicante parece ser que fue un zapatero (otros me dicen que fue el santo varón de Jubrique, Fray Diego de Jerez, que estuvo en nuestro pueblo), quien al marcharse de Gaucín un tanto cansado y hastiado de las actitudes de los responsables políticos de la época, el que profirió la conocida sentencia de: “Ahí te quedas Gaucín, gobernado por cuatro…”.
    Estoy convencido de que esta situación será pasajera, que más pronto que tarde las aguas volverán a su cauce, y los canes a sus casetas, y que por muchas frases hechas que hagan referencia a que cada pueblo tiene lo que se merece, me resigno a creer que sea ésta la situación que se merezca el pueblo. También creo firmemente que Gaucín tiene un algo tan especial que hace que ni a pesar del empeño que ponen algunos porque el desprestigio, la vulgaridad, la incultura y lo zafio se apoderen de nuestra sociedad, estos “valores” lleguen a calar en las raíces ancestrales de Gaucín y en la categoría de muchos gaucinenses de toda clase y condición, de antes, de ahora y de siempre. Gaucín resurgirá como tantas veces lo ha hecho y volverá a pregonar sus verdaderos valores de hospitalidad y nobleza a pesar de los nada claros intereses de los que hoy se sientan en los sillones del gobierno municipal y en las sillitas de enfrente.

 Teodoro R. Martín de Molina. Octubre de 2008
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