LA GACETA DE GAUCÍN

COLABORACIONES


Ana Mª del Carmen Corbacho Jiménez
   

 

Retazos de mi biografía

             Mi madre siempre me decía:

 -Yo no sé qué tienes, pero tu abuela siempre está contenta cuando estás con ella.

A veces, cuando regresaba del blanco pueblo andaluz, mis hermanitos me esperaban como el rocío de la aurora. Yo venía de la casona vieja y tranquila de mi querida abuelita Catalina, y, de pronto, me encontraba en aquel colegio de párvulos. Nos poníamos a la mesa, o después de comer:

            -Anita, dame pan.

   -Límpiame la boca.

   -Ponte a mi vera.

   -Dame agua.

Y yo solo decía:

            -Sí, sí.

Me hacían un corrillo alrededor de la mesa y me decían:

            -Anita, cuéntame un cuento.

Y entonces decía uno:

            -Yo quiero el del negro de la piedra del arroyo.

Otro:

            -No, yo quiero el del caracol.

La verdad es que el primero que escribí fue el del negro, muchos años después de que aquella niña, de tan solo nueve años, lo imaginara para sus hermanitos a los que ella tanto quería.

            Mi padre era un hombre bien parecido, con esa cara morena de los hombres del sur, pero yo siempre lo recordaré como un hombre inteligente y un buen padre. Si alguien piensa lo contrario, peor para él, o ya lo juzgarán sus hijos. Y con eso no quiero decir que mi padre no tuviera defectos ¿quién no los tiene?, el que se crea mejor, que tire la primera piedra.

            Esto que escribo que no de pie a pensar que soy una persona engreída, es que he decidido contar algunas cosas de mi vida.

 

Barcelona 1975

 

            Vivíamos en la calle Gignás, frente a Correos. Allí teníamos una pensión que habíamos montado aquel mismo año. Yo la llevaba, y a veces me he preguntado que cómo podía hacer yo sola el trabajo de dos pisos: uno de 150 metros y otro de 450 metros. Mis hijos estaban en el colegio y mi marido trabajaba fuera de la ciudad.

            A mi madre también le gustaba inventar canciones. Las decía de memoria y las cantaba con una preciosa voz. A veces me decía que me parecía a su hermano, que allá en nuestro pueblo de Andalucía siempre había sido él el que dirigía el Carnaval y las comparsas. Yo creo que también llevo en mi intelecto la memoria de mi padre, ya que las biografías y los libros, sobre todo “El Quijote”, ya con trece años lo conocía perfectamente. Los libros, para mí, han sido como un imán que me atraían. Siendo muy jovencita iba a leer a la biblioteca de mi pueblo, ya que era cabeza de partido, mientras, los lugareños llegaban tirando de sus borricos para ir a la Notaría a escriturar sus tierras y sus casas.

  Nota. Éste y los demás trabajos de nuestra paisana Ana Mª del Carmen Corbacho Jiménez, que publicamos en la sección  "Colaboraciones" de La Gaceta de Gaucín, se los debemos a la amabilidad de su hijo Ricardo Gálvez Corbacho que periódicamente se pone en contacto con nosotros para enviarnos los sentidos poemas y relatos de su madre.

 
 
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