Verídico años 50 Navidad El arroyo está corriendo tan veloz y sus aguas amarronadas, parecido a un gran pastel de chocolate, con su gran nata de adorno. Las vacas sacuden el cencerro que presagia que seguirán las lluvias, y en el cortijo decimos: Jesús, ¡qué barbaridad!, vamos a endulzarnos como los altramuces. Debido a que hace ya tres meses que llueve sin parar, los campos son un verdadero barrizal; las aguas no se pueden beber, había que coger y poner lebrillos y cubos de zinc, porque en esos tiempos, imposible encontrar el plástico. Yo me descalzaba y salía en busca de agua al arroyuelo cercano con un cántaro de barro en el cuadril que mi padre había comprado en Jimena de la Frontera. Miraba a todos lados y era una soledad inmensa; pero yo siempre la he añorado, tenía mi hermosa juventud, era igual que una gitana descalza, como la bella Andalucía.
Fiesta del amor, año 94
Son las fiestas navideñas soñadoras y queridas de lazos, flores y rimas; cantadoras de ilusiones, adornadas con destellos, colorido de armonía, realidad de los sueños. El humano se enternece bondadoso en sus obsequios, todo es paz y armonía paraíso del recuerdo; olvidamos lo mezquino, la maldad y el sufrimiento, una venda en los ojos transparencia de lo bello; blancura en los caminos, los arroyos van diciendo en el cantar y bailar de las aguas. Ya el capullo está floreciendo cantemos a la paz del mundo contentos y satisfechos mañana será otro día hoy el niño, está contento. Nota. Éste y los demás trabajos de nuestra paisana Ana Mª del Carmen Corbacho Jiménez, que publicamos en la sección "Colaboraciones" de La Gaceta de Gaucín, se los debemos a la amabilidad de su hijo Ricardo Gálvez Corbacho que periódicamente se pone en contacto con nosotros para enviarnos los sentidos poemas y relatos de su madre. |