Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

 

Motivos personales

 

No sé bien porqué, pero la mayoría de los políticos cuando no quieren explicitar la razón por la que dimiten (o se ven obligados a ello), aducen “motivos personales”. Es una forma, como otra cualquiera, de escurrir el bulto y de dejar a aquellos que en su momento los votaron con dos palmos de narices preguntándose el motivo o la razón por la que en aquel entonces decidieron depositar en la urna la papeleta que le daría el puesto tal o cual al entonces candidato y hoy dimisionario.

            Esto es algo que suele suceder a nivel nacional, lo que a mí, en este momento, me trae un tanto al fresco, pues hoy quisiera referirme a la dimisión “por motivos personales” del que hasta el lunes era el alcalde de mi pueblo: Francisco Ruiz. Es una pena reconocerlo, pero es así, al no vivir en Gaucín desde hace ya casi cuarenta años son muchas las personas a las que no conozco bien porque son mucho más jóvenes que yo o porque, como es el caso, son forasteros afincados en el pueblo y que han echado raíces en él. Así que, como nos pasa con la mayoría de los políticos, sólo conocemos aquello que nos transmiten los medios de comunicación y que en lo referente a los alcaldes de pueblo comprenderemos que sus apariciones en ellos son escasas, con lo cual nuestros conocimientos son aun menores.

            No obstante, a lo largo de toda la legislatura no han sido pocas las ocasiones que todos los medios, incluso la tele, se han ocupado de él. Ha sido noticia en no pocas ocasiones el señor Ruiz por motivos diversos, y no sabemos muy bien si las causas de estas apariciones en los medios son los “motivos personales” por los que hace un par de días debió de presentar su dimisión como alcalde de Gaucín, que no como concejal (al parecer, según los mismos medios, todavía debe de hacer el penúltimo favor a aquellos que lo auparon al cargo).

            Yo, perdonadme todos, soy muy escéptico respecto a lo de motivaciones personales para presentar la renuncia a un cargo para el que uno ha sido elegido del modo que sea. No vamos a entrar en el cómo y los porqués que rodearon dicha elección, ni el recorrido seguido hasta alcanzar el puesto del que ahora dimite. Siempre pienso (“piensa mal y acertarás”), que son las circunstancias, las presiones, las imposiciones de otros, las recomendaciones de aquellos que dicen querer lo mejor para ti, la mala conciencia, el remordimiento, o el simple reconocimiento de tu incapacidad lo que hace que te decidas por aducir tales personales motivos para presentar la dimisión del puesto en cuestión.

            Igual que soy escéptico para lo anterior, estoy convencido de que los “motivos personales”, y solamente ellos, son los que empujaron al, hasta el lunes pasado, primer edil de mi pueblo a hacer todo lo que ha hecho a lo largo de esta tortuosa y truculenta legislatura en el ayuntamiento de Gaucín. Después de visto lo visto, oído lo oído y leído lo leído, desde mayo de 2007 hasta octubre de 2010, me quedan pocas dudas de que solamente fueron “motivos personales” los que llevaron a este buen hombre a actuar del modo en el que lo ha ido haciendo a lo largo de estos casi tres años y medio. Algo muy alejado de las motivaciones que deberían marcar el rumbo y la forma de actuar de cualquier político por muy de pueblo que sea.

            Si no, pensemos por un momento, qué fueron, sino motivos personales los que, siendo él del PP, le llevaron a pactar con el PSOE en una coalición antinatura aduciendo su enemistad con los ediles del PA que además estaban imputados por diversos delitos urbanísticos y asimilados. Díganme si no sería por motivos personales por los que este adalid de no sabemos qué, se pasó buena parte del tiempo en el que estuvo de socio con los socialistas llorando por los rincones y amenazando constantemente con la ruptura del acuerdo pactado. Sólo cabe clamar por motivos personales cuando en septiembre de 2008 decidió unirse a sus antiguos enemigos, que seguían estando imputados por los mismos delitos, para derrocar de la alcaldía a su antiguo socio y ocupar él su sillón. Qué decir del atraco a mano armada en las filas socialistas “fichando” a su portavoz como secretaria personal. Por esto de lo personal, no cabe duda de que serían así mismo esos los motivos por el que actuara del modo en que lo hizo con el asunto de su “desaparición” durante la pasada semana santa y el anuncio de su renuncia que, “por motivos personales” quedaría pospuesta hasta el momento oportuno.

            Finalmente parece que ese momento ha llegado y se produjo la dimisión el lunes pasado, y seguro que también han sido motivos personales muchos más explícitos de los no aducidos en su escrito de renuncia los que le han llevado a ello.

            No pasarán muchos días sin que lleguemos a conocer las verdaderas razones por las que tan ínclito personaje ha dejado de ser el alcalde de mi pueblo, que seguro que serán personales pero que, como en todos los casos antes referidos, lo de “motivos” lo podemos simplemente sustituir por “intereses”, que según las correspondientes definiciones del diccionario de la Real Academia tienen significados bastantes distintos e incluso contrapuestos:

Motivo: “Causa o razón que mueve para algo”.

Interés: “Provecho, utilidad, ganancia. Conveniencia o beneficio en el orden moral o material”.

            Si al principio decía que estas motivaciones personales a nivel nacional me traían al fresco, ahora, al terminar, creo que también se puede decir que estas pueblerinas motivaciones personales o parecidas son, evidentemente, extrapolables al ámbito nacional.

 

Teodoro R. Martín de Molina. 20 de octubre de 2010

 

 
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