Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

OPINIÓN

Morir de éxito

 

“Sin haber demostrado todavía nada, o, como mucho, sólo un poco”, con esta coletilla podía haber continuado el título de este artículo.

         Si en las pasadas elecciones europeas la mayoría de partidos han manifestado su satisfacción por el “éxito” obtenido (salvo el PSOE que claramente ha reconocido su rotundo fracaso), a mi modo de entender aparte de los independentistas, que eso es harina de otro costal, son dos personas, más que partidos, las que han tenido un verdadero éxito. Me estoy refiriendo a Pablo Iglesias con la irrupción meteórica de Podemos y a Susana Díaz con los resultados del PSOE en Andalucía. El éxito de uno lo podemos leer en clave nacional y el éxito de la otra en clave regional y a nivel de su propio partido, parece que ella ha eclipsado los, en cierta medida, también exitosos resultados de sus compañeros socialistas en Extremadura y en Asturias.

         Para gestionar el éxito que han obtenido, bien que podrían aislarse un tanto de las voces mediáticas y los cantos de sirena que, o bien los denostan, o bien los tratan de atraer hasta su isla para que se rompan la crisma y después poderlos devorar tranquilamente.

         La misma noche electoral ya estaban los que calificaban “al coletas” de “perro flauta”, “antisistema” o “fenómeno televisivo”, después vendrían los calificativos de “friky”, “bolivariano”, etc., con los que se trata de prevenir a la ciudadanía de elementos tan perniciosos como estos que han sido capaces de entusiasmar a mucha gente y arrebatar votos a los dos partidos de la izquierda tradicional, tanto al PSOE como a IU. Desde esta última formación rápidamente se han puesto en marcha procesos para tratar de atraer a los de Podemos a sus lindes para futuros procesos electorales, temerosos de que el movimiento siga creciendo y quizás donde más tenga que morder sea en la formación de Cayo Lara, ya que en el PSOE sólo parece quedar hueso.

Por su parte, Susana Díaz tras las elecciones, ipso facto, y sin solución de continuidad, fue proclamada como la lideresa natural del PSOE a nivel nacional. La renuncia de Rubalcaba y la convocatoria de un congreso Extraordinario han supuesto el aldabonazo para que los medios y los varones socialistas se posicionen a favor de la andaluza para ponerla en la tesitura de si continuar con su política desde la Junta de Andalucía, apenas esbozada, o marcharse a Ferraz para ¡Dios sabe qué!, o incluso hay quien la vez capacitada para desempeñar ambas funciones.

Confío en la preparación académica de Pablo Iglesias y la formación política de Susana Díaz para que ambos sepan digerir su éxito y no se dejen amilanar o embaucar por aquellos que en lo que en realidad pretenden no es otra cosa que del éxito pasen al fracaso en el menor tiempo posible.

Bien harían tanto el uno como la otra en administrar sus tiempos y sus votos con inteligencia y ponerlos, como ellos mismos prometían, al servicio de aquellos que les han dado su apoyo, tratando de llevar a la práctica las políticas que ambos han esbozado y de la que en el primer caso aún queda mucho para poder verlas puestas en práctica, tendrían que tocar poder real para que lo pudiésemos ver, y en el segundo caso, como decía antes, aún no ha tenido tiempo para que podamos apreciarla en toda su extensión.

Si se emborrachan de éxito y se dejan influenciar por los que sólo persiguen su propio beneficio, el uno y la otra terminarán siendo marionetas en manos de aquellos que de verdad mueven todos los hilos de la política, ambos habrán muerto de éxito y habrán cavado sus propias tumbas, y mucho más doloroso todavía: el fracaso de ellos sería el entierro para muchos años del embrión de una nueva forma de hacer política que apenas acaba de surgir, y el harakiri de un partido con una historia centenaria.

Que el éxito les sea leve y no los atropelle.

 

Teodoro R. Martín de Molina, 30 de mayo de 2014.

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