Los hijos
¡Es la esencia del amor, de los amores! ¡es la vida, la luz de las tinieblas! ¡es el canto de mil y un ruiseñor! ¡es el frío, el calor y la tibieza! ¡es el olor, extracto exquisito! ¡de jazmines, rosas y claveles! ¡es un rumor de fuentes y vergeles! ¡Y por eso, los quiero y suspiro por ellos! ¡Oh!, qué pensamientos los míos, Dios mío. ¡Oh!, qué pronto pasa la vida, mi Dios me miro en el espejo del recuerdo y ni siquiera me reconozco yo.
Subsistir
La existencia de un humano, de un humano se derrumba hastiado del desvío de la vida se miraba en un espejo, y no se veía pues su faz, ni él reconocía; se moría irremediablemente noche y día por minutos, subsistir ya no quería.
Realidad
Quisiera que los versos fueran realidad no tan solo palabras que el viento se lleva pero en los escritos, todo queda como un recuerdo de amor.
Nota. Éste y los demás trabajos de nuestra paisana Ana Mª del Carmen Corbacho Jiménez, que publicamos en la sección "Colaboraciones" de La Gaceta de Gaucín, se los debemos a la amabilidad de su hijo Ricardo Gálvez Corbacho que periódicamente se pone en contacto con nosotros para enviarnos los sentidos poemas y relatos de su madre. |