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Lo noticiable
Tras la vuelta de las vacaciones, después de estar desconectado del mundanal ruido de la información en todos sus sentidos, de nuevo tratamos de engancharnos al día a día, por ver si los derroteros político-festivos van por do solían. Lo primerito que hago es asomarme a Google buscando alguna noticia relacionada con el Toro de Cuerda de mi pueblo, Gaucín, que se celebra el Domingo de Resurrección; y no hay una, ni dos, ni tres, sino que hay un motón pero, por desgracia, no relacionadas con la fiesta del Toro, sino con lo que los medios dan en llamar “espantá”, “ausencia”, “desaparición”, “viaje privado”, “vacaciones”, “dimisión”… del alcalde de Gaucín, que al parecer ha sido la comidilla del pueblo en el comienzo de la Semana Santa y que parece no concluirá con ella. Como es natural, rápidamente los medios se han hecho eco de la misma, como si de un programa de la tele basura se tratara. Como no conozco de primera mano lo que en realidad ha sucedido, ni tan siquiera si ha sucedido como dicen los medios, poca opinión puedo tener y emitir al respecto si no es la pena de constatar una vez más que lo noticiable en relación con mi pueblo sean ocurrencias y cosas por el estilo, cuando no peores, de sus ediles con el máximo regidor a la cabeza. Ahora bien, sin entrar en los posibles motivos de su al parecer inopinada “ausencia”, es de extrañar que un alcalde de Gaucín se ausente del municipio en las fechas previas y durante la celebración de una de las fiestas más tradicionales del pueblo como es la del Toro de Cuerda. Es algo tan extraño como si el párroco o el Presidente de la Hermandad del Santo Niño se fuesen de vacaciones al tiempo que se celebra la romería a la Adelfilla o en los primeros días de septiembre y durante la celebración de las fiestas del patrón. Así que me limitaré a sacar ciertas conclusiones de lo que he podido leer. Repasando lo que aparece en la prensa digital –obviando las repeticiones propias de unos y otros que se copian y repiten sin piedad–, podemos deducir que bien porque el hombre estaba cansado o porque ya no resistía más ha decidido darse unos días de descanso que al parecer, y según las últimas noticias de la misma prensa, puede que sea definitivo en lo que respecta a su puesto como primer edil del ayuntamiento de Gaucín. De forma un tanto truculenta accedió a la alcaldía, llorando porque el anterior alcalde socialista, con el que había pactado el gobierno municipal, no contaba con él y enjugándose las lágrimas en el pecho de los cuatro concejales andalucistas imputados por delito urbanístico con los que pactó la moción de censura que acabaría con el mandato de aquel que lo hacía llorar. Hechos profusamente aireados por la prensa y que a algunos no nos pillaba de sorpresa por muy poco edificantes que fuesen en sí. Poco después volvería a ser noticia por haber conseguido atraer para sí a la número dos de los socialistas, ya partido en la oposición, y darle un puesto de confianza contratándola como secretaria particular. Me imagino que sin una secretaria particular un alcalde de un pueblo de menos de 2000 habitantes es imposible que pueda rendir adecuadamente, por ello la contrataría. No pasaría mucho tiempo para que Gaucín volviese a aparecer en los medios, en esta ocasión incluso la televisión se hizo eco de la noticia del sueldo –sueldazo, podríamos decir– que el señor alcalde se había puesto a sí mismo. Tendría que repasar la hemeroteca para recoger con fidelidad el porcentaje que suponía el sueldo del alcalde de todo el presupuesto municipal, pero sí recuerdo que era cuando menos llamativo. Pues, claro está, con el sueldo de la secretaria particular, el suyo propio y el negocio de la construcción, en el que tanto confiaba, que se mueve poco por mor de la crisis y de la actuación de los juzgados atajando los recovecos fraudulentos que en tantas ocasiones suelen acompañar a algunas operaciones urbanísticas, nuestro pueblo volvió a ser noticia porque el alcalde decía que le iba a echar la llave, el cerrojo y todos los candados del mundo al ayuntamiento porque no disponía de medios para afrontar los pagos más inmediatos, ni los más atrasados; no se disponía ni de cash ni de crédito, y así ¿adónde se puede ir?, ¿de dónde vamos a cobrar? Y de nuevo ahora vuelve a acaparar la atención de los medios provinciales y nacionales, de prensa, radio y televisión por tomarse unas vacaciones sin, al parecer, haber actuado de acuerdo con lo reglamentado en estos casos como es el hecho de dejar a alguien al frente de las tareas municipales durante su ausencia, algo que tuvo que solventar de oficio y sobre la marcha la Secretaria de la corporación. Son olvidos justificables en persona con tantos y tantos asuntos en la cabeza como los que puede deparar un ayuntamiento de la envergadura como el de mi pueblo, si cobrase un sueldo más alto y tuviese más personal de confianza a su lado, ni por asomo se le hubiese ocurrido tomarse unos días de asueto en plena celebración de una de las tradiciones más importantes de la localidad, se habría mantenido al pie del cañón, que se suele decir. No sabemos aún si el PP –suponiendo que las noticias de la dimisión sean ciertas–, partido al que pertenece el alcalde “ausente”, dejará el gobierno municipal en manos del siguiente de la lista de su partido que a regañadientes votó la moción de censura, o en las manos de algunos de aquellos cuatro concejales del PA imputados por delito urbanístico. Quizás, como en otros casos parecidos, el partido inste al regidor a mantenerse en el puesto y a seguir desarrollando esa magnífica labor de gobierno que sólo él puede desempeñar tal y como lo venía haciendo hasta la presente. Así, dentro de poco, volveremos a salir en los papeles por cualquier cosa de este jaez. Y mientras tanto, y por enésima vez, todas estas chaladuras conseguirán eclipsar a lo verdaderamente importante que sucede en nuestro pueblo y que en pocas ocasiones suele salir reseñado en los medios de comunicación. Ojalá me equivoque y mañana la fiesta del Toro de Cuerda de Gaucín sea primera plana, por motivos agradables, en todos los medios. Por desear que no quede.
Teodoro R. Martín de Molina. 4 de abril de 2010. |