Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

Listas

 

Cada día nota uno más el paso de los años y, sobre todo, lo notamos al tratar de mantener en memoria algunos de los asuntos que te traes entre manos, no digamos nada cuando estos son triviales.

Hace unos días, al ver la lista Forbes en la que aparecen los hombres y mujeres más ricos del planeta, aquellos cuyas fortunas personales superan los mil millones de dólares (casi nada) se me ocurrió que tenía que escribir unos cuantos párrafos al respecto. Pasaron los días, y como tengo la memoria como la tengo, se me fue olvidando y no me puse a la tarea.

El viernes pasado, creo que fue, pude ver en el programa La Noria de Tele5 a una señora que, como Aznar, no sé si por igual problema, no puede abrir la boca cuando habla y por ello balbucea más que emite un nítido discurso oral, creo que se llamaba o apellidaba Lomana. Esta señora, o señorita, o lo que sea, como el susodicho, hablaba ex cátedra sin conocérsele muy bien los méritos acumulados a lo largo de su vida laboral si es que en alguna ocasión la tuvo. Pues bien, esta señora pontificaba sobre las bondades de la derecha aznariana y en contra de la izquierda zapateril, llegando a afirmar, que la crisis los que de verdad la estaban padeciendo eran los ricos porque los pobres, como no tienen nada, apenas si la notarían.

Tras oír a persona tan lista, de nuevo estuve tentado de escribir unos párrafos al respecto, pero con esto de los fallos de memoria, se ha ido pasando el tiempo y no me volví a acordar del asunto.

Hoy ha vuelto el dueño de Inditex, el señor Amancio Ortega, a ocupar espacio en los distintos medios informativos debido a las ganancias experimentadas por sus empresas en el pasado año de crisis 2009. De pronto me he acordado que este señor era uno de los que aparecía entre los diez más ricos del mundo y de las palabras que no hace mucho pronunció a favor del despido libre sin ningún tipo de restricciones como solución para el problema del paro y por ende de la crisis económica que padece nuestro país, a su parecer la crisis es sólo nuestra, de España y de los ricos como decía la otra señora, señorita o lo que sea. Aunque parece que a él le afecta menos, según se desprende de los beneficios obtenidos.

Así que de nuevo me ha venido a la memoria que tenía que escribir algo sobre la lista Forbes, los que aparecen en ella, las iluminadoras palabras de uno de los nuevos oráculos televisivos como la tal señora Lomana y lo pertinente que sería a nuestra economía seguir el consejo de este hombre que tanto beneficio obtiene con sus empresas.

Aunque a decir verdad, hace un buen rato que empecé a escribir y ya ni me acuerdo de lo que quería decir sobre el tema. No sé si era del enrojecimiento que debe de producir en el rostro de tanto ser humano el hecho de que unos tengan tanto y otros tan poco probablemente los primeros se lo deberán en todo a su esfuerzo y los segundos, que además no habrán dado un palo al agua en toda su vida, ni se habrán enterado de que existe la crisis, o si era de otras puntadas que pudieran hilvanarse ante tan indecente listado de fortunas o de las nuevas figuras mediáticas que usurpan el lugar de los que pudieran decir algo sustancioso delante de las cámaras, o de otro cualquier tema relacionado con alguno de estos dos asuntos lo que quería decir, no lo recuerdo bien.

No obstante, me pregunto si habría papel suficiente para cumplimentar la lista de los hombres y mujeres más pobres del mundo, la de aquellos que no tienen, nunca tuvieron, ni nunca tendrán una moneda que echarse al bolsillo, y si entre ellos o los que están en sus aledaños habrá tan siquiera uno al que oigamos disertar acerca de las bondades de la carencia total de recursos o del trato que habrían de recibir los empresarios que ganan tantos y tantos millones de dólares o de las estrellas del medio que nos adoctrinan a diario sobre lo que nos conviene y lo que no nos conviene a los que con ojos como platos asistimos un día tras otro al espectáculo cómico circense en el que se está convirtiendo este mundo mediático, injusto y tan mal repartido en el que estamos inmersos.

Así que, como no me acuerdo de lo que iba a decir y tampoco creo que fuese muy importante ni ilustrativo, acabo como empecé: cada día nota uno más el paso de los años. De lo poco que me acuerdo es del conocido dicho de los juegos de envite: el dinero llama al dinero y el mucho al poco.

 

Teodoro R. Martín de Molina. 17 de marzo de 2010

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