BLAS GIL Cuatro facultativos del hospital comarcal de Ronda y otro del consultorio de Gaucín declararon ayer como imputados en el Juzgado número uno de la ciudad del Tajo, que ha abierto diligencias previas para aclarar si pudo existir negligencia médica en el caso Luis Alberto Ramírez Lucky, el joven de 24 años de Gaucín que falleció en abril de 2008 por una peritonitis tras haber sido dado de alta hasta en dos ocasiones.
Según explicó ayer la hermana del fallecido, María José Ramírez, la familia presentó una denuncia por este caso en abril de 2008, aunque en septiembre del mismo año fue archivada por la juez. No obstante, al no estar conforme con el sobreseimiento se presentó un recurso en marzo de 2009, que contó con el respaldo de la Fiscalía de Málaga y que finalmente fue admitido a trámite.
Por ello, ayer los cinco facultativos acudieron a declarar asesorados por sus abogados ante la titular del Juzgado número uno, que ha reabierto el caso.
Según explicó Luis Ferrary, el abogado de la familia de Luis Alberto, en su declaración, los médicos negaron haber tenido alguna responsabilidad en la muerte del paciente, afirmando que cuando ingresó en Urgencias del hospital «no vieron que hubiese signos de peritonitis y que actuaron de forma adecuada».
Sin embargo, la acusación particular considera que sí existe una negligencia punible, ya que «las explicaciones que han dado no son convincentes y además son contradictorias», matizo Ferrary, quien anunció que la familia pedirá la apertura de juicio oral.
Lo que pretende la familia es que se investigue lo ocurrido aquella semana en la que sólo el primer médico que atendió al fallecido en el centro de salud de Algatocín le dijo el 31 de marzo que podría tener una peritonitis, que se fuese al hospital rondeño donde probablemente habría que operarlo.
Pero la familia sostiene que en Ronda los médicos le dijeron que tenía una salmonelosis o un virus, recibiendo el alta. En la misma semana fue varias veces al hospital y al consultorio de Gaucín y «nos decían que había que esperar al hemocultivo para confirmar si existía virus o salmonelosis», recuerda su hermana.
El sábado día 5 de abril vuelve al hospital, donde le recetan antibióticos y le dan el alta. A las once de esa misma noche, su hermana llama a una ambulancia al ver que Luis Alberto está de nuevo muy mal y le dicen que está realizando un servicio en Genalguacil y que tardará hora y media, por lo que ella misma lo conduce de nuevo al centro hospitalario de Ronda, pero entra en parada cardiorrespiratoria y fallece a las cuatro de la tarde del día 6 de abril.
Es por ello que la familia entiende que existen indicios de imprudencia y de negligencia en la actuación de los médicos.
Ya en junio de 2009, y con la denuncia archivada, la familia decide continuar las acciones para aclarar lo ocurrido e inicia una campaña de recogida de firmas hasta conseguir un total de 16.000, que son entregadas al Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, para que intervenga en el caso y además reclame mejoras sanitarias para el Valle del Genal, como por ejemplo la permanencia en la zona durante las 24 horas del día de una segunda ambulancia de urgencias, «para que esto no le ocurra a ningún otro vecino», precisó María José Ramírez.
Ahora, tres años después, los dos hermanos de Lucky ven más cerca la resolución del caso y ayer, mientras los facultativos declaraban, volvieron a colocar las pancartas con el rostro del joven en las puertas del Palacio de Justicia. «Lo único que queremos es que todo se aclare», dijeron.