23/09/2013|
La novela de Txani Rodríguez ha recibido elogios en los ambientes culturales.
La periodista y escritora Txani Rodríguez (Llodio, 1977), ha publicado su segunda novela, “Agosto” (editorial “La Lengua de Trapo”), en la que narra la relación de Berta e Ignacio, dos personajes a los que la vida no ha tratado bien y que se ha convertido en una auténtica revelación en el más que complicado mercado literario actual. Es hija de emigrantes, padre gaditano y madre malagueña, concretamente de la Estación de Gaucín, donde Txani acude cada mes de agosto. Esa es, precisamente, la excusa que nos da pie a realizar la primera pregunta.
¿Nos podría explicar que es “Agosto”? Pues es una novela que habla de la migración de andaluces al País Vasco y nos cuenta un poco como es esa vuelta anual a las raíces que generalmente se realiza en ese mes de esas personas, no sólo los padres sino también de los hijos que ya han nacido en el País Vasco, como es mi caso. Y a partir de ahí nace un argumento que tiene como protagonistas a dos personajes, una emigrante andaluza y un ejecutivo vasco.
¿En su caso esa vuelta se sigue realizando cada año? Sí, me siento muy vinculada a la estación de Gaucín, a ese río Guadiaro que forma parte de mi vida y a esos amigos que tengo en la Serranía de Ronda. Y creo que no he fallado ningún año. Se podría decir que es una necesidad vital.
¿Como surgió la idea de mezclar en la novela las dos culturas, la vasca y la andaluza? Creo que se había tratado poco la integración de los emigrantes andaluces que vinieron aquí y era casi inevitable el tratarlo. De hecho, los protagonistas de la novela se sienten muy ligados a ambos lugares y esa es una situación que también he vivido yo, que me siento vasca y andaluza. Es algo que afecta a miles de personas en Euskadi.
¿Presume de ser tan flamenca como euskalduna? A mi me encanta el flamenco y lo bailo en la casa de Andalucía de Llodio siempre que puedo. Pero me he criado casi en la primera generación que estudió íntegramente en Euskera, así
«Me siento igual de cómoda bailando flamenco que hablando en euskera»
que me siento igual de cómoda bailando flamenco que hablando en ese idioma. Es un proceso que creo que se ha llevado a cabo sin ningún trauma, me parece lo más natural del mundo.
¿Cree que hay un cierto rechazo de Andalucía hacia el País Vasco o en el sentido contrario? Desde Andalucía hacia Euskadi creo que no hay ningún rechazo y tampoco creo que en estos momentos lo haya en sentido contrario. Cuando se produjo el “boom” de la emigración puede que sí hubiera un cierto recelo hacia esa nueva situación y sobre todo existía ETA, que de alguna forma no permitía esa integración natural que va dando el paso del tiempo y fueron los momentos más complicados. Para darte un ejemplo del seguimiento que desde aquí se hace de la cultura andaluza, te puedo comentar que el otro día hubo un concierto de Estrella Morente y no pude lograr una entrada. Hay interés por la cultura andaluza y creo que la integración de culturas siempre suma más de lo que puede restar.
Volviendo a su libro, tiene un poco de novela negra, una complicada historia de amor y ese cruce de culturas norte-sur. ¿Está satisfecha con el resultado? La verdad es que si. Con su pequeña parte autobiográfica he querido destacar el importante esfuerzo de esas mujeres que se vieron obligadas a emigrar y que han sido parte fundamental del desarrollo de nuestro país en los últimos años.
Dos ríos son en parte protagonistas de la novela, que se ambienta en 1983. Por un lado, el Nervión, que ese año vivió una crecida que provocó una impresionante inundación, y por otro el Guadiaro, donde usted vuelve en busca de paz y serenidad en ese mes de agosto. Son una parte fundamental de la novela. El desborde del rió Nervión en 1983 es uno de los hilos conductores de la novela, y la búsqueda de la tranquilidad que da el Guadiaro, por lo menos en verano, es también la idea de esa unión que es posible entre las distintas culturas. Creo que la novela es suficientemente explicativa en ese aspecto y en otros muchos de esa conexión inevitable entre norte y sur.
Esa riada sirvió para dar un ejemplo de solidaridad que dio la vuelta al mundo y en el que de alguna manera se apoyan esas culturas que parecen tan diferentes. En la novela se hace referencia a ello y a partir de ese desgraciado acontecimiento los protagonistas, que parecen un poco desorientados, encuentran ese camino norte-sur tan
«Ronda merece el nombramiento como Patrimonio de la Humanidad y seguro que lo logrará»
necesario para ellos. Ese intento por salir del “barrizal” en el que se convierte la zona creo que es un momento muy intenso.
En su novela se habla de la pérdida de la inocencia. Se deja entrever el resentimiento de la protagonista, una hija de emigrantes que vive una historia de amor con un miembro de la burguesía vizcaína. Creo que es una parte importante de la novela.
Es usted también periodista y creadora de comics. ¿Qué nos puede decir sobre esas facetas? Soy una dibujante regular pero el mundo del comic me atrae de una manera extraordinaria. Parece que sólo atrae a gente joven, pero lo cierto es que muchas personas adultas se sienten atraídos por este género. En cuanto a mi trabajo periodístico estoy muy satisfecha con mis colaboraciones en distintos medios de Euskadi y me siento contenta con el trabajo que realizo en la profesión que elegí en su momento.
¿Algún mensaje que quiera lanzar a la Serranía de Ronda? Que espero seguir acudiendo cada año a ella, porque es impresionante la diversidad y la estructura de sus pueblos. Y deseo que ese proyecto para que Ronda sea declarada Patrimonio de la Humanidad sea una realidad en breve. La verdad es que lo merece, es una ciudad por la que me encanta pasear y visitar la Carrera Espinel. Espero que se cumpla ese anhelo y que tenga un reconocimiento que se merece sobradamente.
http://www.lavozderonda.es/2013/09/23/entrevistas/txani-rodriguez-escritora-no-creo-que-haya-rechazo-desde-el-pais-vasco-hacia-andalucia/