LA GUERRA DEL CAVA
"Éramos
pocos y parió la abuela". Con esta ancestral frase que resume todo
el fatalismo made in Spain, andarán los empresarios catalanes de la
cosa de las burbujas intentando consolarse, a la vez que se acuerdan de
la parentela del líder de Esquerra Republicana de Cataluña,
Josep Lluis Carod-Rovira y su exquisito sentido de la oportunidad, al efectuar
unas desafortunadas y completamente inoportunas declaraciones en las que llamaba
al boicot a la candidatura olímpica de Madrid 2012.
Las tonterías manadas de las cuerdas bocales del cabezudo independentista, han sido saludadas en el resto del Estado español, con un corte de mangas a la bebida espumosa catalana que ha visto como sus ventas en estas fechas, las mayores del año, se reducían en más de un 40%. De este modo la sociedad española le ha hecho saber al señor Rovira que, según con qué cosas, no se debe jugar, además de recordarle que en el 92 toda España, incluida Madrid, se volcó en el apoyo a los Juegos Olímpicos de Barcelona, sin el cual, ni de coña la capital catalana habría tenido la más remota posibilidad de organizar los Juegos en aquel año. Lo triste de todo este asunto es que el abusón de ERC la lía, y de las buenas, se nota que el muchacho está que se sale dada la meteórica subida en simpatías y apoyo electoral que su formación viene obteniendo, y al hombre le da por hablar más de la cuenta, además de por exigir mucho más de lo que debiera, sobre todo teniendo en cuenta que el lobo está al acecho y preparando la celada a un año vista como muy tarde. Pero los que han pagando el pato del "toque de atención" de la sociedad española son los empresarios del sector del cava, que casi nunca pierden, y los empleados en sus empresas, que son los que, como siempre, terminaran sin cesta de navidad, dado que ha bajado el volumen de beneficio. Y cuando eso ocurra, todos acusaremos a los patronos de bandidos, y alguno habrá que merezca tal calificativo, pero nadie se acordará que es una consecuencia directa de la política de "izquierda rara" que aplica este otro enano fanático del bigote, ¿que tendrán esos pelillos?; que parecen afectar al cerebro. Algún científico debería ponerse a realizar un estudio pormenorizado del fenómeno bigotero. El castigo, en carnes de los cavateros, a Rovira, se ha ido propagando por todo el territorio nacional a través de la red de redes, este maléfico invento del maligno que se denomina Internet y, cómo no, a través de mensajes sms con los dichosos aparatitos móviles que todos, incluso el más pobre, llevamos encima. El mensaje caló hondo en la sociedad española, un poco harta de las simplezas del líder independentista, unos por "patriotas" y otros, los más, porque están hasta las lentillas de ver como cada vez que hay reunión de pastores "periféricos" acaba sacrificada una oveja del rebaño común. Las anulaciones de pedidos del Cava catalán se han visto acompañadas por un aumento en la demanda de vinos espumosos de otros lugares, sobre todo franceses que este año van a hacer su agosto, y van a lograr meter la cabeza de lleno en un mercado que, hasta ahora, les estaba resultando bastante complicado; además de un aumento de pedidos en otro tipo de bebidas como pueden ser la sidra o los vinos de alta calidad, es decir que los españoles no vamos a renunciar a celebrar la Navidad y la llegada del nuevo año como hemos hecho siempre, solo que en lugar de hacerlo con "un" catalán sobre la mesa, lo haremos con un franchute, un riojano o un Ribera del Duero. Porque los del Penedés también llevan lo suyo, aunque nadie se acuerde de ellos. En fin, que yo quiero alzar mi copa, de buen cava catalán. Y brindar por la candidatura olímpica de Madrid, por la Expo de Zaragoza, por el marisco gallego, aunque esté por la estratosfera. Por la paella valenciana, por la sidra asturiana, por el jamón de Guijuelo, por el de Trevélez y el de Jabugo. Por el Barça y el Real Madrid, coño incluso por el Betis o el Sevilla. Por España entera, así, como es: variopinta y cainita. Por todas y cada una de las Comunidades que la forman, con sus diferencias y sus derechos, con sus culturas y sus lenguas; con sus paisajes y sus paisanajes, incluido el señor Rovira. Por este país árido de sensatez al que adoro, pero por el que no derramaría, ni por ningún otro, una sola gota de mi sangre. Pero sobre todo quiero brindar por todos nosotros. Por los españoles, cada uno de su leche y su mala leche, por nosotros que tenemos que soportar políticos ineptos, abrazabraguetas de postín, farándula diversa, impresentables de medio pelo y de pelo entero, insensatez y nula capacidad para lo que sea y en cualquier orden de la vida. Porque a pesar de todo, os quiero, coño. ¡FELIZ NAVIDAD!
José Miguel Montalbán.
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