Natalia de Molina. Actriz
"David Trueba y el equipo son mi familia en el mundo del cine"
Su papel en 'Vivir es fácil con los ojos cerrados' ha colocado a esta joven actriz de orígenes granadinos en una posición de privilegio en el cine español
Belén Rico Granada | Actualizado 17.11.2013 - 05:00
Su personaje de Belén en Vivir es fácil con los ojos cerrados ha colocado a Natalia de Molina en la parrilla de salida de la carrera hacia el estrellato cinematográfico. Sin embargo, a sus 23 años, esta joven actriz nacida en Linares pero criada en Granada conserva los pies en la tierra. Toda amabilidad y dulzura, cuenta a Granada Hoy como está viviendo la experiencia.
-Trabajar como protagonista femenina bajo la dirección de David Trueba y con Javier Cámara como protagonista masculino ¿es como vivir un cuento de hadas?
-Ha sido como vivir un sueño que llevaba mucho tiempo persiguiendo y que por momentos pensé "es imposible", pero con constancia, trabajo y confianza en mí misma... Mira, ahí estoy, trabajando con estos grandes del cine y de la cultura. Hay veces que todavía no me lo creo. Luego, voy por la calle y veo el póster en los cines y digo: "Sí, es verdad".
-Cuando en su infancia en Granada decidió que quería ser actriz, ¿pensaba que llegaría este momento?
-Confiaba en que sí, que llegaría, si no lo hubiese dejado hace mucho. Recuerdo que muy poca gente me tomaba en serio cuando decía que quería ser actriz, soy muy tímida y vergonzosa, y claro, la gente piensa que los actores son gente muy extrovertida y abierta. Los hay que sí, pero luego hay muchos que son todo lo contrario… No sé, cuando estoy encima de un escenario y se abre el telón o detrás de una cámara y dicen acción, no soy yo, está el personaje y en esos momentos sólo pienso en él y en la necesidad de contar su historia.
-Nacida en Linares, criada en Granada, con un año de bachillerato en Almería, la carrera de interpretación en la ESAD de Málaga y afincada ahora en Madrid. ¿De dónde se siente?
-(Carcajadas) Cuando lo pienso… ¡Joder, he vivido en muchos sitios! Es verdad que Granada para mí es muy importante: he crecido allí y allí empecé a perseguir este sueño loco… Mis primeros recuerdos son en Granada, con la nieve, haciendo muñecos. Si me preguntan de dónde soy, digo "de Graná" y luego especifico "pero nací en Linares". Mi casa la tengo allí, así que sí, me siento 'granaína'.
-¿Es cierto que al principio Trueba la descartó porque hizo la prueba para la cinta con acento castellano y hasta que no le preguntó de donde era y sacó el andaluz, ya en una segunda cita, no se hizo con el papel?
-Sí. Yo me he enterado ya una vez hecha la película, cuando lo contó, pero en el momento de las pruebas no tenía ni idea. Si yo llego a saber desde el principio que el personaje de Belén era andaluz le habría puesto nuestro maravilloso acento desde el principio. Lo hice en castellano neutro porque aquí son muy pesados con eso, pero yo creo que lo bonito y lo más real de España es esa mezcla de gentes y acentos que hay.
-¿Es como Meryl Streep para los acentos? ¿Podría hacerse pasar por hispanoamericana? -(Carcajada) Lo de Meryl Streep es muy fuerte, es un nivel que pfff… ¡Ojalá! A mí todavía me queda mucho por aprender y mucho por dar. Con estudio creo que sí, que podría hacer distintos acentos, esto es cuestión de trabajo. Mira Bardem, otro que también telita con su trabajo y con los acentos para los personajes...
-¿Es tan divertido trabajar con Javier Cámara como parece?
-Sí, es divertidísimo. Estaba todo el rato haciendo bromas, amenizando el trabajo. Y conmigo, relajándome, que a veces eso de que fuera mi primera película y mi primer protagonista pesaba demasiado y él con sus bromas conseguía que estuviese mucho más tranquila. Es uno de los mejores actores que hay y trabajar con él ha sido maravilloso.
-Compartir plano con el actor del momento, ¿da seguridad o inseguridad?
-Antes de conocerlo, mucha inseguridad, pensaba: "Dios ¿qué hago yo aquí? No tengo ni idea de nada. Qué vergüenza", pero desde el minuto uno con él era todo tan sencillo… Es muy generoso. Este trabajo es de equipo, no estás tú sólo. Creo que creamos una química muy buena que se respira en la película.
-¿Y cómo definiría Trueba como director? ¿Es tan dulce como parece?
-¿Dulce? Yo diría sabio. Es una persona muy tranquila, sabe qué quiere y ama lo que hace, de ahí viene su dulzura, del amor que le pone a las cosas. Ha hecho la película que ha querido y yo le voy a estar eternamente agradecida por haberme dado esta oportunidad. Para mí, David y toda la gente del equipo de esta película, son mi familia del cine. Mi siguiente sueño sería crecer con ellos.
-En la película baila y tararea. ¿Aprovechó su etapa en el mundo del cabaret?
-Bueno, yo estudié en Málaga Interpretación Musical porque me encanta bailar y cantar y siempre me ha atraído la idea de ser una actriz lo más completa posible. Hice un cabaret, aquí en Madrid, La Mirilla, y fue una etapa donde creo que realmente crecí como actriz. Le tengo mucho cariño a mi personaje de Ada Jeane. En la película, Belén no canta como los ángeles ni baila como una bailarina profesional, tararea una canción e improvisa unos pasitos de baile que ella asemeja a apagar cigarrillos con los pies. Fue muy divertido.
-A sus 23 años esta película la deja mejor situada que a la mayoría de los compañeros de su generación. ¿Donde espera que pueda llevarle?
-No espero gran cosa, aunque con los tiempos que corren puede parecer que sí, yo quiero seguir trabajando, seguir contando historias, darles cuerpo, voz y alma a más personajes… Quiero seguir trabajando en esto.
-¿Penélope Cruz es un referente para las actrices de este país o usted tiene otros en su punto de mira?
-Hombre, Penélope es un gran referente de ámbito, ya no sólo español, también internacionalmente. Lo que más admiro de ella es que hizo su carrera aquí y luego saltó afuera, pero empezó y sigue haciendo cosas aquí. Mi gran referente es Gena Rowlands, me parecen apasionantes sus trabajos con John Cassavetes. También me gustan mucho Julianne Moore y Natalie Portman. Meryl Streep, evidentemente, también está ahí, en mi top 10.
-Por mucho teatro que uno haga e incluso televisión, ¿hasta que no triunfa en el cine no es considerado actor en este país?
-No sé, yo creo que popularmente son más considerados los actores que trabajan en televisión. Pero es normal, todo el mundo tiene una tele en casa, es lo más asequible para el público. La popularidad de un actor que trabaja en televisión crece de una forma mucho más rápida, pero yo creo que actor se es desde el primer momento en el que se lucha por serlo.
-La magia de San Sebastián y todo el glamour del cine, ¿pueden llegar a hacer perder el punto de vista?
-Supongo que habrá gente a la que le pase. No es mi caso, yo tengo los pies bien puestos en la tierra, quizá porque no me ha sido fácil este camino y porque siento que todavía me queda mucho. San Sebastián fue una experiencia inolvidable, la recibieron tan bien… Fue un orgullo, porque al fin y al cabo las películas se hacen para vosotros. Una vez terminada ya no nos pertenece, ahora es vuestra.
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