Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

 

EL QUE LA HACE, LA PAGA

 

Es tal la indignación que tengo, que solamente me voy a desfogar con un par de párrafos sobre el tema. Si escribiera más, seguro que diría más barbaridades, de las que quizás, a la postre, me tuviera que arrepentir.

            Nos tomábamos a guasa aquello de que el caudillo “lo había dejado todo atado y bien atado”, pero cada día que pasa se hace más evidente que no andaba muy descaminado en su propósito ese loco bajito del Ferrol del ídem. Dentro de poco, si Dios no lo remedia, la otra frase típica de “si Franco levantara la cabeza…” va a dejar de pronunciarse porque no tendrá sentido ya que todo se parecerá más a la gloriosa época en la que los pocos que estudiábamos nos veíamos obligados a aprender los principios del movimiento nacional.

Que me dejen de derecha, de centro, ni de otras gaitas con la que se quieren camuflar tanto franquista que anda por ahí presentándose a las elecciones y obteniendo el apoyo mayoritario de muchísimos que son como ellos y que sienten nostalgia de los tiempos aquellos en los que otros pensaban por nosotros y decidían nuestro futuro sin que nuestra opinión fuese tomada en cuenta, entre otros motivos de menor importancia, porque nunca nos la pedían.

La máxima con la que encabezo este artículo era una máxima franquista y bien que la han heredado, y la llevan a la práctica, todos sus simpatizantes y seguidores ahora diseminados por los distintos gobiernos locales, autonómicos y central. Qué decir dentro de la judicatura y otras elites de índole similar.

Y el juez Garzón se atrevió, nada más y nada menos, que a enfrentarse a los herederos del franquismo en los asuntos que más les duelen: las víctimas de la dictadura y la corrupción del impoluto partido ideado por el Sr. Fraga. Pensaría él, Garzón, que esto iba a ser igual que cuando se dedicaba a meter en vereda a los socialistas o a los pro etarras, y ¡anda que no estaba equivocado! Una cosa es que te metas en asuntos que a ellos les interesan y otra muy distinta que andes removiendo en sus finanzas o en las cunetas de las carreteras buscando los muertos de los otros, sólo para sacar a la luz lo que ya todos han olvidado. Claro está, todos los del ideario azul.

No hay quién pueda con ellos. Tenemos los antecedentes del “caso Naseiro”, cuando Fraga era Presidente del PP, que terminó siendo el “caso Manglano”, el juez instructor. Era palpable la financiación ilegal del PP de aquella época como lo es con el “caso Güirtel” la financiación y la corrupción del de ésta. Pero ahí están, los de Valencia declarados no culpables, los cabecillas ya en la calle con sus fianzas pagadas y el Sr. Garzón inhabilitado para los restos. El primer condenado a causa de la trama corrupta, no ha sido uno de los encausados o de sus adláteres sino, paradojas de esta sociedad nuestra preñada de instituciones al gusto de algunos, el juez instructor −Manglano tuvo más suerte, sólo lo apartaron del caso sin más−. En otros casos sonados, como el túnel de Soller, el que fuera presidente de Baleares, el Sr. Cañellas no pudo ser condenado, no porque no delinquiera, sino porque prescribió el delito.

Mientras que el partido fundado por Fraga no ha tenido aún la decencia de condenar ni una sola vez al franquismo en ningún tipo de institución −sería por no molestar a don Manuel−, a éste le siguen haciendo homenajes aquí y allá, con una calle a su nombre, un agasajo folklórico-religioso, un busto en el senado y presentándonoslo como todo menos como lo que a él de verdad le gustaba ser: un franquista de raigambre profunda de cuya savia se han alimentado, y cómo, la mayoría de sus actuales dirigentes. Los mismos, que con la inestimable ayuda de buena parte de la judicatura, van sorteando todos los obstáculos judiciales que se les ponen por delante, pero que con esa misma ayuda son inmisericordes con los que se atreven a hurgar en sus bajos fondos, ideológicos y financieros.

A las pruebas me remito. Y esto no ha concluido.

 

Teodoro R. Martín de Molina. 9 de febrero de 2012

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