Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

"DR. JEKYLL & MR. HYDE"

   
    Hace unos cuantos días acompañé a una colega y a sus alumnos de 4º de ESO a ver una versión adaptada en inglés de la célebre obra de R. L. Stevenson. En ella el autor nos presenta la lucha entre las diversas tendencias de la conciencia, una representación palpable de la sicopatología conocida como desdoblamiento de personalidad. A pesar de las dificultades del idioma y del argumento de la obra en sí, la mayoría de los alumnos salieron de la representación con una idea bastante exacta del tema de lo que habían visto y de su conclusión: Dr. Jekyll acaba como acaba, porque es incapaz de dominar a Mr. Hyde, el monstruo que convive con él.
    Es normal que en campaña electoral la mayoría de los partidos políticos nos presenten la cara amable de sus particulares Jekyll y traten de ocultar al Hyde que suelen tener dentro. Sobre todo, es más común en los dos grandes partidos en su afán por conseguir el voto de los indecisos que parecen querer estar equidistantes de los extremos –el bien y el mal o viceversa, según quién lo mire–, los demás saben bien dónde están y poco o nada tienen que andar suavizando u ocultando a la hora de presentarse ante los electores.
    Hasta ahora siempre había ocurrido, y sigue siendo así, con las ideas más avanzadas o retrógradas que unos y otros tienen escondidas en sus programas como si de la letra pequeña de un contrato se tratasen.
    Lo extraño del caso –como veréis a continuación, no me refiero al título original de la obra de Stevenson– es que durante el final de la precampaña y la recién iniciada campaña electoral, parecen haber desaparecido de las filas del PP los teóricos Mr. Hyde: Aznar, Aceves, Zaplana, Pujalte, etc., y el mismo Rajoy se nos presenta con un aire beatífico que parece flotar entre nubes como si en toda su vida no hubiese roto un plato. Ya no se acuerda de los insultos y descalificaciones con las que distinguió a lo largo de toda esta legislatura al presidente Zapatero y a todo su gobierno –poniendo especial inquina en aquél–; aparece algo desmemoriado sobre su utilización del terrorismo como arma política y electoral a lo largo de los últimos cuatro años; y el desastre total al que, según sus premoniciones, estábamos abocados España y todos los españoles por culpa de Zapatero, da la sensación de haber pasado a un segundo plano.
    Parece que el inicio de la campaña electoral ha actuado como bálsamo para las estridentes palabras del líder de la oposición, o bien sus asesores mediáticos y de imagen así se lo han aconsejado. Pero… con esto de las encuestas y los debates no sé por cuánto tiempo va a continuar esta actitud.
    Mañana lunes, en el primer mano a mano televisivo entre ambos líderes, podremos apreciar qué cara nos presenta el Sr. Rajoy, si la de Jekyll o la de Hyde. El decurso del debate nos lo dirá y, aun más, el resultado del mismo será el que determine por cual de los aspectos de su “doble personalidad” se decanta. Estos conflictos de personalidad siempre suelen acabar mal, veremos cómo les va a los políticos afectados.
    Como aperitivo, en el debate del pasado jueves entre los dos teóricos pesos pesados de la política económica de ambos partidos, el Sr. Pizarro, la estrella recién fichada en el mercado de invierno, la verdad es que no nos dio la imagen de Hyde, tampoco la de Jekyll, únicamente se presentó como lo que es: un “bluff” que intentan vendernos como el mago de la economía –no nos dijeron que sólo de la propia.
    Si los alumnos de nuestro instituto fueron capaces de entender el fondo de la versión en inglés de la obra de R. L. Stevenson, ¿qué decir de la representación que están llevando a efecto estos políticos? Me da la impresión de que su fingimiento es tal, que hasta los niños en edad escolar se darán cuenta de su truculenta actuación.

 Teodoro R. Martín de Molina. Febrero de 2008

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