Desfiles
El desfile del Día de la Fiesta Nacional lleva visos de convertirse en el de la fiesta de los “nacionales”. Ya van… no sé cuántos años en los que aquellos que forman parte de los muchos millones de españoles que votan al partido socialista, y por ello al presidente Rodríguez Zapatero, se debieron quedar boquiabiertos cuando una vez más los “nacionales” aprovecharon la llamada fiesta nacional y la parada militar con la que se conmemora en Madrid tal día, para hacer uso de su particular forma de entender la libertad de expresión abucheando, pitando, silbando e insultando al Presidente del Gobierno al tiempo que pedían desaforadamente su dimisión. Poco les importa la presencia de la familia real ni de las demás autoridades nacionales y extranjeras que acuden al acto, también les importa un bledo el momento en el que se encuentre la ceremonia, les da igual que se esté interpretando la Marcha Real, que se esté llevando a cabo la ofrenda a los caídos, que los familiares de estos asistan compungidos al acto de homenaje, o que se esté izando la bandera, para ellos lo fundamental del acto es hacer oír sus furibundas increpaciones en contra de Zapatero. Es evidente que estos vociferantes asistentes deben de formar parte de la gente de bien, como a ellos les gusta ser reconocidos, no son miembros de la chusma que son los que normalmente tienden a comportarse de ese modo; deben de ser gente de orden, de los de toda la vida, pero ¿quién es capaz de controlarse ante la presencia de ZP? Si es que en sus manifestaciones se hubiesen extralimitado en las formas o en los pronunciamientos está más que justificado, es lo mínimo que se merecen Bambi y todo el resto de la fauna socialista. Probablemente estos señores y señoras no se representen más que a sí mismos, nada tendrán que ver con los votantes de la derecha que elección tras elección consigue mayorías absolutas en la ciudad y en la comunidad madrileña. Además de representarse a sí mismos no deben de estar para nada influenciados, jaleados y animados por los medios que día tras día repiten y repiten esas sartas de piropos hacia el Presidente del Gobierno y todos sus correligionarios. Tampoco para nada tendrán que ver con su comportamiento y actitud las declaraciones de los diferentes dirigentes de la derecha animando al consenso y al respeto para los adversarios políticos. En fin, después de ver y oír una vez más lo sucedido en la plaza de Lima esta mañana mientras se conmemoraba el Día de la Fiesta Nacional con el desfile que presidían los reyes, no me queda más que llegar a la conclusión que las formas también dicen mucho de las personas y que siento una profunda vergüenza del comportamiento de estos hooligans de la derecha nacional, dignos herederos de los nacionales que en época de infausto recuerdo secuestraron la voluntad de todo un pueblo en beneficio propio y nada más, y que por mucho que se llenen la boca con España, patria, himno, bandera… y demás conceptos que al parecer lo quieren acaparar como propios, es notorio que hacen un uso de ellos que debería repeler al buen sentido del más normal de los ciudadanos. La palabra respeto es algo que parece no formar parte del bagaje ético de estos grupúsculos, o no tan grupúsculos, que no necesitan Educación para la Ciudadanía, pues ellos se consideran más allá del bien y del mal y nadie es quien para darles lecciones de nada, con seguir los consejos de los que tienen ascendencia sobre ellos, que no son pocos, tienen más que suficiente ─"¿Y quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí?" (Aznar dixit)─, y si se han pasado un pelín, ahí estarán los dirigentes y periodistas de siempre dispuestos a justificarlos y a minimizar como anécdota lo que ya viene siendo una costumbre bastante definitoria de lo que es la civilizada derecha de este país.
Teodoro R. Martín de Molina. 12 de octubre de 2010 |