Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

"CUANDO LAS RANAS CRÍEN PELO"         

Hay actuaciones en muchos colectivos de nuestra sociedad que siempre suelen ser las mismas y, por mucho que las circunstancias aconsejen otros comportamientos, somos tercos y no nos bajamos del burro ni damos nuestro brazo a torcer aunque sea lo que nos dicte el sentido común. Algo de eso está sucediendo con el tratamiento que por parte de algunos se está dando a los, por desgracia, cada vez más frecuentes secuestros de atuneros españoles frente a las costas de Somalia.
    Cuando hace poco más de un año el secuestro por piratas somalíes del Playa de Bakio se resolvió, por el gobierno o por quien fuese, del modo en el que se hizo, todos los medios que hoy critican al gobierno por no negociar con los secuestradores del Alakrana se rasgaban las vestiduras porque se había pagado un rescate para la liberación del barco y sus tripulantes.
    Aquello, al igual que otros secuestros posteriores que no han tenido tanta trascendencia, se llevó a cabo con discreción; pagarían lo que fuese y quien lo pagase, pero lo cierto es que barco y tripulación quedaron en libertad sin mayores contratiempos.
    Entonces se pedía que no se cediese al chantaje de los piratas y que se actuase contundentemente en el más puro estilo belicista que tanto gusta a algunos.
    Hoy, no solamente no se critican las negociaciones sino que se exigen; y se va más allá cuando se pide que la justicia española se pliegue a los deseos de los piratas y deje en libertad a los dos apresados por la armada española. Aunque si se hiciese así, mucho me temo, también se criticará al gobierno, porque ya sabemos que el gobierno está pillado tire por donde tire y haga lo que haga, no hay solución: es el único culpable y responsable último de todo lo que les pase a los atuneros españoles en el Índico.
    Es como si el gobierno fuese el armador de estos pesqueros, el que tras la venta de las capturas realizadas frente a las costas somalíes ingresara los beneficios en las arcas públicas.
    El gobierno vasco, los ayuntamientos de los municipios de donde son naturales los pescadores, las familias de éstos, los armadores, los medios de comunicación y ¡cómo no! el partido de la oposición, no piden, no solicitan, ni tan siquiera reclaman, ¡exigen! que se haga lo que se tenga que hacer para que el barco y su tripulación sean liberados inmediatamente. Lo que da a entender que el gobierno no está haciendo nada, a no ser que sea el ridículo como pregonan desde las ondas y algunos medios escritos los voceros de siempre que defienden los intereses de los de siempre.
    Los mismos que clamaban en contra del gobierno cuando en aquel primer secuestro se pagó el rescate que se pagara, como digo, ahora pretenden que el gobierno, más que el gobierno el estado español se salte a la torera todos los preceptos jurídicos y claudique ante las exigencias de unos y de otros, sin entender que probablemente se esté haciendo todo lo posible y lo imposible para que el asunto se solucione del modo más conveniente para los intereses de todos: tripulantes, armadores y gobierno.
    Es comprensible que las familias estén nerviosas y que actúen de la manera en que lo están haciendo, casi es comprensible que los armadores presionen de algún modo, incluso puede uno llegar a entender que los gobiernos locales y regionales achuchen un poco para no quedarse atrás en las reivindicaciones de sus ciudadanos que son los más próximos a los tripulantes y a los armadores, que los medios de comunicación emitan su opinión, tan tendenciosa en muchas ocasiones, también lo llego a comprender, pero que el partido de la oposición actúe de un modo tan mezquino e irresponsable es algo que no me llega a entrar en mis entendederas si no es que, como tantas veces, lo que pretende es distraer al personal de todo lo que tiene dentro, encima y al lado.
    Resulta vergonzoso oír a las portavoces populares expresar sus críticas del modo en que lo hacen y tratando de sacar rédito político y partidista de la desgracia de las familias. Aunque, a decir verdad, tampoco hay por qué asombrase tanto cuando conocemos la trayectoria histórica del PP y el uso en beneficio propio que siempre ha hecho o intentado hacer del dolor ajeno, ya sean las víctimas del terrorismo o, como en este caso, el dolor de los familiares de los pescadores secuestrados.
    Ya que de por sí en ellos es natural el no apoyar al gobierno en caso alguno, al menos en algunas ocasiones, como la actual, sólo pensando en el bien de los marineros y sus patronos, no en el bien del gobierno, se les podría pedir que en vez de criticarlo, mejor sería que, aunque sólo fuese por una vez, explicaran el modo en el que ellos actuarían para resolver el caso. Veríamos en qué se diferencia del modo en el que lo está haciendo el gobierno.
Claro que, como decíamos de pequeños, esto lo veremos "cuando las ranas críen pelo".

Teodoro R. Martín de Molina. Noviembre de 2009.
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