Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

"AMISTADES PELIGROSAS"

      En los colegios, en el ámbito familiar, en el de los amigos… en muchas ocasiones se suele hablar de la influencia que las amistades tienen sobre los niños. A veces, los padres, los maestros y todos somos sorprendidos en nuestra candidez y resultamos engañados de una forma flagrante por algún determinado infante, pues no son las compañías las que influyen negativamente sobre él sino que es él quien ejerce esa influencia poco recomendable sobre sus amiguitos. “Pepito no te juntes con los niños malos”, cuando Pepito es, probablemente, uno de los peores: palabras debidas, sin lugar a dudas, al ciego y maternal amor.
    A tenor del revuelo que está levantando el libro sobre la reina de la periodista Pilar Urbano, me surge la duda que tantas veces me han planteado las relaciones entre los niños y las influencias de las amistades. En este caso, como en muchas de las relaciones de los pequeños no llego a ver claro quién ejerce influencia sobre quién, sin entrar a valorar si esta influencia es negativa o no. Lo cierto es que da la impresión, al menos para los que no somos expertos en relaciones personales entre los grandes mandatarios y la “canalla” periodística, de que la señorita Urbano en su segundo libro sobre la reina, ha sabido sabiamente (cucamente que diríamos en términos coloquiales) llevarla a su terreno ideológico poniendo en su boca todo lo que ella tiene en su cabeza. Ello no quiere decir que la reina no tenga sus propios planteamientos y que, probablemente, coincidan con los de su amiga la periodista ultraconservadora, pero sí resulta extraño que a sus setenta años y después de más de treinta de ejercicio de una más que loable función de consorte, la esposa del rey haya destapado el frasco de sus esencias con todas las perlas que, según lo que hemos oído, ha depositado en los castos oídos de Pilar Urbano. Y más extraño aún es el hecho de que todas y cada una las ideas expresadas coincidan al cien por cien con lo que piensan aquellos que están más a la derecha del espectro político español.
    Las críticas le ha llovido a la reina por no haber sabido guardar la prudencia, en forma de silencio, acerca de los temas que están en el debate político en el que nunca deben entrar los miembros de la corona pues su papel es el que es y no el de implicarse o decantarse por unos u otros posicionamientos políticos, para eso se les paga y eso es lo que está previsto en la constitución que dicen acatar.
    Lo cierto es que a partir de ahora la reina va a dejar de ser lo que ha sido para muchos españoles que se han sentido defraudados por los pensamientos hechos público, pues ella es reina de todos los españoles –de algunos, a su pesar– y podrá tener sus ideas pero no debería darlas a conocer, porque de ese modo deja de estar explícitamente equidistante y se alinea con unas determinadas opciones políticas que son las que siempre ha defendido la periodista que le ha hecho la entrevista y yo creo que, al mismo tiempo, también, “la puñeta”.
    Aunque cuesta mucho creer que todo se deba a la candidez de la reina, o quizá por eso, bueno sería pedirle a ella y a toda la familia real que tuviesen más cuidado a la hora de elegir a sus amistades; a los que trabajan en el entorno de los reyes también se les podría exigir más profesionalidad y responsabilidades por permitir que salgan a la luz semejantes confesiones, con las que podemos estar o no estar de acuerdo, pero seguro que le traerá a la corona más problemas que beneficios
    No sabría decir muy bien quién ejerce influencia sobre quién, como en el caso de las relaciones infantiles; no obstante, teniendo en cuenta quién ha resultado damnificada y quien beneficiada por el affaire, da la impresión del uso un tanto indigno que en beneficio propio hace la Urbano de las conversaciones con su “amiga” la reina.
    Por lo visto, oído y leído en los medios, sobre todo en los más amarillos, da la sensación de que a la periodista el perjuicio que le haya podido causar a la reina le da igual, pues ella lo único que pretende es aprovechar el tirón del revuelo para hacer alarde de su ideología y tendenciosamente alinear a la reina y por ende a toda la familia real con sus teorías ultraconservadoras. Si además aporta unos cientos de miles de euros a su bolsillo o a la hucha de la Obra –que no sabemos muy bien lo que los numerarios hacen con su dinero–, mejor que mejor.

Teodoro R. Martín de Molina. Noviembre de 2008
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