Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

colaboraciones      narrativa     romances    mis alumnos   enlaces   libro visitas   contactar  prensa digital  inicio  presentación

OPINIÓN

 

A mal tiempo…

 

 

Después de una tarde horribilis con la derrota de Nadal en la final del Master de Londres y la de los socialistas del PSC en las elecciones catalanas, pocas o ningunas ganas me quedan de ponerme a escribir sobre tema alguno que pueda suponer interés para aquellos que, de tarde en tarde, merodeáis por estos pagos cibernéticos. Es verdad que aunque ambas eran posibles, cuando no previsibles, tras lo visto en la jornada anterior y en la anterior legislatura respectivamente, y los contrarios a los que se enfrentaban, siempre le queda a uno la esperanza del forofo en el sentido de que los hados se alíen con los nuestros y al final le den un giro a la lógica de los acontecimientos. Ya lo que falta es que esta noche el Barça golee al Madrid y así entremos algunos en un estado semi cataléptico, del que no sabemos cuándo llegaremos a salir. Bien está que todo esto que yo estoy contando como horrible para mí, no cabe duda, debe de ser fantástico para otros, por lo que yo me alegro con ellos para llegar a la conclusión del dicho popular de que “el que no se conforma es porque no quiere”.

            Y de tanto conformarse y tratar de sobrellevar de la mejor manera posible los reveses que el día a día pone en nuestro camino se está convirtiendo uno en alguien al que le empiezan a resbalar ciertas actitudes, y el desarrollo de todos los acontecimientos que parecen poner enervados a muchos de nuestros conciudadanos. Si no, ¿dígaseme qué actitud debemos mostrar ante el desarrollo de los últimos días en los mercados bursátiles? ¿Qué pinto yo enfadándome por algo en lo que de ninguna manera puedo influir? No es que no podamos influir en las fluctuaciones de los mercados los ciudadanos de a pie, es que ni los mismísimos gobiernos tienen nada que hacer ante la voracidad de los depredadores de la economía que la manejan a su antojo y en beneficio propio. Los mismos que inflaron las distintas burbujas son aquellos que las desinflaron y que, cuando les interese, las volverán a inflar, para así continuar in eternun porque, como mucho, serán tenidos como los salvadores de las patrias.

            Y hablando de salvadores de la patria, ¿qué tiene a mí que molestarme las actitudes y los discursos sempiternos de los líderes y lideresas de nuestra derecha?, si piense yo lo que piense, opine lo que opine y perciba lo que perciba, nada va a hacerlos cambiar, pues en ellos se encuentra la verdadera y única solución a todos los problemas que nos aquejan y nosotros, los que diferimos de sus puntos de vista, no somos más que cuatro palurdos o pelagatos de tres al cuarto.

            ¿O qué puedo yo opinar sobre las palabras del Papa y las contra palabras de sus prelados españoles acerca del uso del preservativo en determinadas circunstancias? Digamos amén a todo lo que salga de las salas vaticanas o sus corresponsalías como toda la vida de Dios ha sucedido. Mucho habría que decir del daño que han causado a tantas y tantas generaciones sus apreciaciones acerca de todo lo relacionado con la vida sexual de los católicos a lo largo de la historia de la iglesia. Pero sólo señalemos que, una paradoja más de las muchas que nos dejan sin palabras, ellos, los que en teoría, no practican el sexo, son los que han dirigido la sexualidad, de un modo un tanto suigeneris, de tantísima criatura crédula.

            Podría seguir refiriéndome a otros aspectos de la cotidianeidad sobre los que poco o nada debe un currito pronunciarse, porque en poco o en nada puede influir en su devenir, pero prefiero dejarlo para otra ocasión en la que el ánimo esté algo más elevado porque aquello con lo que simpatizas te haga esbozar aunque sólo sea una leve sonrisa. Que al menos parezca que a todos esos acontecimientos, por poco que nos agraden, le ponemos buena cara.

 

 

                                                        Teodoro R. Martín de Molina. 29 de noviembre de 2010.

<<VOLVER A OPINIÓN>>