ADELFILLAS
Era una fuente incolora bordeando las adelfas, bebía muy fatigado un santo de otras tierras; inclinado está bebiendo el agua nítida y fresca, una luz clara y profunda lo envuelve y lo marea. De pronto, él se irguió y sus ojos contemplaron un niño pequeño y lindo, ojos negros y rasgados; tirabuzones de terciopelo, carita de melocotón, los piececitos tan blancos como copos de algodón. El caminante, en éxtasis, contemplaba su imagen, le dice :¿Quién eres, niño? Tu presencia inesperada me anonada y me da calma. El niño le respondió sonriendo dulcemente: He bajado del cielo para decirte San Juan de Dios que ahí tengo mi morada; se acercan días hermosos y estaré en el castillo, abajo mi pueblo hermoso; desanda San Juan el camino y vuélvete a Granada, misionero del dolor.
Nota. Éste y los demás trabajos de nuestra paisana Ana Mª del Carmen Corbacho Jiménez, que publicamos en la sección "Colaboraciones" de La Gaceta de Gaucín, se los debemos a la amabilidad de su hijo Ricardo Gálvez Corbacho que periódicamente se pone en contacto con nosotros para enviarnos los sentidos poemas y relatos de su madre. |