Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

"SUPERSARKO"
     
    El turbio asunto de la actuación de la ONG francesa El Arca de Zoe en el Chad tratando de sacar clandestinamente a más de un centenar de niños, bajo apariencias loables pero con un tufo a fondo deshonesto que tira de espaldas, da mucho que pensar sobre las actuaciones “humanitarias” de algunas ONGs –recordemos el caso de Intervida, aún en trámite judicial–. Siendo de por sí esta falta de escrúpulos de muchos que van por la vida de salvadores de otras vidas una cuestión que invita a la reflexión, quiero pararme a analizar cómo existen personas de otros estratos que actúan de un modo tan deplorable como el de los mencionados, y que de hechos como el referido hacen un uso que poco o nada tiene que ver con el recto proceder que corresponde a quienes ostentan las más altas dignidades de un país, y esos otros que al socaire de lo que sea aprovechan para desgastar al adversario. Ésta ha sido, a mi entender, la acción, actuación o representación llevada a cabo por el presidente de la república francesa Monsieur Sarkozi y el seguimiento de la misma en nuestro país.
    Como si de un moderno Superman se tratara, tomó su avión presidencial y en un acto repleto de propaganda y marketing populista, acompañado de toda una cohorte de medios de comunicación,  acudió a  la capital del Chad al rescate de los periodistas que acompañaban a los miembros del Arca de Zoe retenidos en las cárceles chadianas, de paso se trajo consigo a las azafatas españolas. Con ello trató de apuntarse un tanto mediático que en su país produjo el efecto contrario, siendo duramente criticado o satirizado por los medios galos, pero que en España se ha sabido aprovechar para dar leña al mono, es decir, acusar a nuestro gobierno y, cómo no a su presidente, de inanición diplomática, amén de otras consabidas lindezas. Y es verdad que, al menos en apariencia, el “éxito” de Sarkozi fue suyo y de nadie más: actuó como viejo señor colonial y puso firme a las autoridades del Chad que le rindieron honores de Empereur de la France. También nuestro presidente, en acto de cortesía y quizás de agradecimiento, hubo de ir a hacerle rendibú en el momento de dejar en Torrejón a las doncellas rescatadas del infiel.
    A los pocos días Supersarko, que se lo había creído, amenazó a los del Chad con ir al rescate del resto de los franceses. En España algunos deseaban que así ocurriera y que, para escarnio de nuestro gobierno, nuevamente se nos presentara en Torrejón con la tripulación del avión contratado por la ONG. Pero parece que los chadianos, a pesar de sus costumbres primarias y tribales, también deben tener su corazoncito, sus costumbres y sus leyes, y le han parado los pies al de la cryptonita francesa.
    Por lo que se ha visto, parece que sin tantas alharacas, nuestro gobierno ha seguido trabajando en pos del final feliz de tan escabroso affaire y se ha producido la liberación de los otros españoles retenidos. Y a esta puesta en libertad la inmensa mayoría de los medios y políticos españoles no le atribuyen salvador ni actor principal alguno, si exceptuamos al partido que sustenta al gobierno y al único medio afín. Todo ello da a entender, por un lado, que no todo el mérito de la primera liberación habría que ponerlo en el haber del presidente francés, y por otro, que los medios y los políticos de la oposición sólo tienen ojos y oídos para ver lo negativo y plumas y palabras para zaherir a nuestros gobernantes, mas nunca para reconocer en lo más mínimo una buena actuación del mismo, que alguna que otra suele llevar a buen término de vez en cuando.
    Mas está claro, desde que el mundo es mundo, que al olmo no se le puede pedir peras, a Sarkozi que deje su vis histriónica, y a algunos medios y políticos españoles que por una vez sean ecuánimes. Estamos en época otoñal en la que el olmo y todos los demás sólo dan hojas y más hojas que por fortuna el viento se encarga de llevárselas hasta que se confunden con la tierra y se convierten en humus. 

    Teodoro R. Martín de Molina. Noviembre, 2007

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