Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

colaboraciones     narrativa    romances   mis alumnos  enlaces   libro visitas   contactar   inicio  presentación

OPINIÓN

"RECALIFICACIÓN"

En mi artículo “Marbella, linda Marbella” de abril pasado, decía que todo el territorio español estaba plagado de marbellas que poco a poco irían aflorando. Aquello fue la punta del iceberg que todo el mundo conocía y al que todo el mundo no quería prestarle atención, porque casi todo el mundo influyente en esos temas estaba, de una u otra manera, implicado.
Paso 1  
En estos días comienzan a aparecer en los medios de comunicación situaciones más o menos similares y que se dan tanto en las grandes ciudades, como en las poblaciones de su periferia o en apartados rincones de la Castilla más profunda o de las costas levantinas más luminosas. Ésta debe de ser la cabeza del monstruo, aún nos falta por descubrir todo su enorme cuerpo.
Y aquí no hay quien se salve. Los políticos de un signo podrán decirles a los del otro que “tú más” y recibir la misma respuesta de ése o de otro cualquiera. Los empresarios de un sector podrán argumentar que son otros los que se benefician, mientras que esos otros dirán un tanto de lo mismo respecto a ellos. Entre aquellos y estos tratarán de hacernos creer que lo que está pasando en este país con el tema de la construcción, las macro urbanizaciones, las grandes superficies, los campos de golf, etc, etc, es un  problema que a ellos no les atañe, o que si les atañe lo es en mucha menor medida que a otros, con lo que parecen quedarse tan tranquilos como si con su tranquilidad consiguieran la de todos los ciudadanos que , atónitos, asistimos al rosario diario de pelotazos inmobiliarios de ediles o responsables políticos de cualquier tipo, de sus familiares y allegados, de algunos que pasaban por allí y compraron en el momento oportuno (miren qué casualidad), de promotores Paso 2 inmobiliarios, de constructores, vendedores, intermediarios, banqueros, de gestores de la cuestión y, en definitiva, de especuladores de la más baja estofa que han conseguido incrementar sus patrimonios con el más descarado de los estilos, y se quedan tan frescos. Y todo el beneficio que esa sarta de desvergonzados ha conseguido, ha sido a costa del bolsillo de los ciudadanos de a pie que se tienen que entrampar hasta las cejas para poder pagar el precio por el que han adquirido unas ridículas viviendas de 60 metros cuadrados después de que cada uno de los que han intervenido en el tema se haya llevado su buena tajada con las manos limpias y con el beneplácito de autoridades, cuando no con su connivencia.
Aunque los beneficiarios de tan truculentas prácticas suelen ser los mismos de siempre, porque como en el dicho de los juegos de envite “el dinero llama al dinero y el mucho al poco”, también están
Resultado conocidos de casi todos nosotros de quienes con cierto asombro, no exento de sorna, en ocasiones decimos: “Hay que ver la suerte que ha tenido Fulanito”. Cuando decimos esto, también estamos seguros que su suerte la ha conseguido en muchas ocasiones a base de la desgracia de otros, como ocurre en el juego, pero la vida no debería ser un juego y por ello, antes de que esto se convierta en algo imparable que lleve a una ruina mayor a los que ya de por sí están arruinados, las instituciones, los poderes públicos y las organizaciones sociales deberían concienciarse y con la ética en la mano hacer limpieza general que haga que nuestro país deje de tener ese tufo a chacina que apesta.
Mientras tanto, no son pocas los jóvenes parejas que tan contentas con su hipoteca a 40 ó 50 años, cada mañana se encaminan a sus trabajos sabiendo que al menos uno de los sueldos será para el banco, claro está les queda la satisfacción de que sus hijos los heredarán cuando ellos ya no estén aquí. Pero las herencias también se han recalificado, si antes se heredaba (los que podían) el piso, ahora heredarán (los
que puedan) el piso más los años que resten de hipoteca.
Teodoro R. Martín de Molina. Octubre-2006


VOLVER A "OPINIÓN"