PRIMEROS POEMAS C.P. ANTº. MARÍN
OCETE. Alfacar 1995. La noche y la muerte. |
con tu dulce ambiente a la gente duermes. Luna, luna con tu dulce brisa a la gente acaricias. Luna, luna con un rayo de luz a la gente alumbras, dándole lo mejor que tienes tú. Milagros. En una noche oscura en aquel cementerio, una hilada de árboles pelados y secos se movían al compás de aquel fuerte viento. Óliver. Mira con tus bellos ojos al que cae ante ti, pues, la luna crece con miedo y sus ojos se fijan en mí. Sus miradas manchan las casas, su mirada penetra en mí y con ojos de azabache la conquista fue por ti. María Rojas. Son mis pensamientos grandes dudas, duda y temblor de donde ir a parar. ¿Cuándo muera dónde iré? ¿Iré a parar debajo de un ciprés como veleta y el suelo de tierra? ¿Y si me encierran con nubes negras como el carbón? ¿O iré al blanco cielo con San Pedro y con Jesús? Quizás me quede en la tierra. Ir o no ir,¡esa es la cuestión! Tino. Era una tarde de otoño con el cielo revuelto. Era tanto el alboroto que hasta los muertos notaron el terremoto. Patricia |
Las casas están iluminadas
por la fuerte luna gitana. Los payos se esconden por temor de que los gitanos les ataquen con cuchillos en ambas manos. La luna se va apagando por culpa de aquellos payos que me la están cegando. Isaac. Una noche cerrada en un cementerio los cuerpos sin vida aspiran al cielo. Los árboles tocan el suelo. el viento silba con mucho esmero. ¡Tas! ¡Tas! Los árboles caen. Los relámpagos les advierten. ¿Alguien se salva? No sé, son inconscientes. Ramón. Una noche de otoño las cruces temblaban cuando yo pisaba la tierra sagrada, y yo me creía superior y sin miedo. Gúmer. A las diez de la noche la luna salía, pasaba el último coche cuando yo me dormía, y el viento movía las palmeras que había. Ángel. Una noche de invierno la luna brillaba, unos camellos grandísimos saltaban, y del salto que daban a la luna llegaban. Begoña. Fiesta de muertos, árboles en un desierto, cruces y escalofríos al ver un paisaje tan frío. Sonia |