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DE LETICIA A DOÑA LETIZIA.
Happiness for ever and
never. Es el deseo de todos los españoles para la regia pareja
en su vida presente y futura.
Al menos es lo que se desprende de las diversas manifestaciones que podemos oír y leer a través de los medios de comunicación y también de la mayoría de los comentarios que en los corrillo de bares, cafeterías, trabajo, etc se oyen de gente como tú o como yo. He comenzado estas líneas en el idioma de Shakespeare por su universalidad y porque el tema ha transcendido las patrias fronteras y parece ser que el mismo deseo es el que emana de todos los lugares de la tierra: desde la vieja Europa hasta la joven América. Allá adonde ha llegado la noticia ha producido la misma alegría, emoción y satisfacción que en éste, nuestro querido país. En todas partes existe un maravilloso recuerdo de la futura esposa del príncipe, aunque nunca hubiera pasado por allí. ¿Tan necesitada estaba la nación, la humanidad entera, de un acontecimiento como éste? ¿Son tantas y tales las bondades de la novia del príncipe? ¿Quién os parece ser el/la afortunado/a? |
Doña Letizia Ortiz. Rocasolano |
¿De verdad pensamos que merece la noticia todo el despliegue de medios y tiempo que se le ha dedicado? ¿Qué habría sido de nosotros si este mismo tratamiento hubieran tenido Isabel Sartorius o Eva Sannum? Muchas más preguntas nos podíamos seguir haciendo para al final llegar a la conclusión de lo importante que son el marketing y el merchandising en el mundo actual. Nos venden esto lo mismo que el fichaje de David Beckam, la necesidad de una guerra innecesaria, o la importancia de llamarse Rodolfo. Decían, o eso aprendíamos nosotros, que Lope de
Vega conseguía que “en horas veinticuatro pasaran de las musas
al teatro” las ideas que el más prolífero y prolijo de nuestros
autores llegara a tener. Pues, la televisión de todos no le ha ido
a la zaga y ha conseguido en un tiempo menor a las horas veinticuatro que
la presentadora de telediarios: Leticia Ortiz, pase a ser reconocida , querida,
admirada y hasta envidiada, como Doña Letizia Ortiz: futura reina
de España (¿había reparado alguien hasta ese momento
en el detalle de la zeta?). Además nos han mostrado lo afortunado que ha sido el príncipe
al comprometerse con una periodista de “la primera”, compañera de
Urdazi, ni más ni menos, reportera intrépida que nos informó
del “accidente” del Prestige y de la guerra de Irak, que convivió
con las tropas del buque Galicia, becaria en un periódico mexicano,
alumna de profesores y maestras que la recuerdan como si ayer mismo estuviera
con ellas en las aulas... ella, al fin y al cabo “sólo” se ha comprometido
con el Príncipe de Asturias. ¿Podrá esta chica, perdón, doña Letizia, soportar toda la presión a la que se está viendo y se verá sometida? Espero y deseo que esté profundamente enamorada del futuro rey de España, porque de otro modo difícil le será soportar la avalancha que se le viene encima. Yo, como el resto de los españoles, desde lo más profundo de mi corazón y lo más superficial de mi cerebro (dicen que es donde se encuentran las neuronas más activas) les deseo hapinness for ever and never que, más o menos, viene a decir: que sean felices y coman perdices.
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