"GENERACIÓN L.O.G.S.E."
Somos, salvo escasas excepciones, más dados a resaltar lo negativo que lo positivo. No es de extrañar que cada vez que los medios, los políticos, muchos enseñantes y el público en general, tengan más o menos conocimiento del tema, se refieren a la en buena parte extinta Ley Orgánica General del Sistema Educativo lo hagan en un tono despectivo por los perversos efectos, según su entender, que ha causado a una generación, quizás a más de una, de españoles que se han educado o formado bajo su manto. Excepto a los auspiciadores de la misma, y no siempre muy convencidos, he oído halago alguno sobre ella, siempre se le han achacado todos los defectos de esos españolitos que tuvieron la “mala fortuna” de tener enseñanza obligatoria y gratuita hasta los dieciséis años y parejamente la obligación de aprender Música, tomarse en serio la Educación Física y el deporte, poner en el lugar que le corresponde a la educación Plástica y Visual, a las tecnologías nuevas o antiguas, al segundo idioma y a otras “marías” en detrimento de lo que verdaderamente importa a la formación integral de un individuo como son las Matemáticas, la Lengua, la Geografía, la Historia y demás ciencias del verdadero saber. Bien es sabido que desde que se implantó la mencionada ley sólo han surgido series sucesivas de individuos analfabetos irredentos que martirizan a todos aquellos ilustrados de generaciones anteriores que se formaron según lo por Dios mandado. Quizás penséis que voy a daros la tabarra, una vez más, con asuntos relativos a la educación, pero no (Dios me libre hablar del tema una vez concluido el curso). Hoy traigo a colación lo de la generación LOGSE debido al triunfo de la selección española de fútbol en el campeonato de Europa. Y lo traigo a colación porque una buena parte de esos muchachos que nos han hecho volver a sentir lo que llamábamos los colores patrios como nunca, a vibrar ante sus diabluras con el balón en los pies, que nos han tenido pegados al televisor viendo cómo cambiaban la garra y la furia española por el arte de saber tocar y tocar el balón hasta llevarnos al nirvana deseado por cualquier aficionado, que nos han enseñado que más allá del divismo y de las individualidades está el equipo, el trabajo colectivo, etc, etc; sí, buena parte de esos muchachos, pertenecen, nos guste o no, a la generación LOGSE. Junto a esos jóvenes que tanto nos han hecho disfrutar estos días, existe otro numeroso grupo de deportistas, individuales o de equipo, que en campeonatos internacionales nos hacen vibrar de igual manera y que, del mismo modo, se han formado en época de la LOGSE. Es rara la semana que un motociclista, un ciclista, un tenista, corredor de automovilismo, jugador de golf, baloncesto, balonmano o atleta, educado bajo la era de la LOGSE, no hace que el himno del “la-la, la-la, la-la-la-la-la-la-la, la-la-la-la-la… “ suene cuando ellos suben al podio a recoger el trofeo de campeones, o, aunque no oigan el himno, se acercan al lado de aquellos que ese día subieron al peldaño más alto. Gracias a ellos no tenemos que esperar décadas a que surja un Marcelino, un Santana, un Ángel Nieto o un Mariano Haro que suponga la excepción que confirmaba la regla de nuestras generaciones anteriores, tan perfectamente formadas. No sé muy bien si esos valores deportivos se deben en parte o no a la LOGSE, o los han recibido por halo divino, por arte de magia o de birlibirloque. No sólo los valores deportivos, sino que también los humanos y éticos que en muchas ocasiones nos dejan perplejos a los mayores cuando los vemos en actitudes y palabras de esos chicos, en los que tan poco confiamos y de los que poco o nada esperamos. También conviven junto a nosotros, a los ilustradísimos de generaciones anteriores, gran cantidad de jóvenes profesionales, y muchos que están por llegar, que con aspecto, indumentaria y modos distintos a los de toda la vida, nos demuestran día a día su capacidad en las diversas ramas del arte, la industria, el comercio, los negocios, la medicina, la arquitectura, las ingenierías de todo tipo, etc, y que también se han formado con la denostada ley y constituyen, queramos o no, parte de la generación LOGSE. Componentes de todos los grupos antes mencionados, y de otros muchos más, son los mismos que tras el triunfo de la selección se han manifestado alegre y desenfadadamente a lo largo de todo el territorio español para dar rienda suelta a su euforia. Algunos de ellos han aprovechado la ocasión para llevar a cabo actos vandálicos. Muchos de éstos energúmenos también pertenecen a la generación LOGSE, y en ésta, como en cualquier otra generación pasada o futura, siempre han convivido, conviven y convivirán sujetos de uno y otro tipo que nos deben hacer huir de generalizaciones fáciles que siempre llevan a un análisis injusto de un colectivo tan amplio como una generación completa de personas, que no es cuestión baladí. Teodoro R. Martín
de Molina. Junio de 2008
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