“GAUCIN 1742-1814”
Después
de diez o doce años he vuelto a Gaucín sin que el motivo
haya sido luctuoso, que es lo habitual. Bien al contrario ha sido para acompañar
a mi hermano Salvador en la presentación de su
excepcional, serio, arduo y magnífico trabajo sobre nuestro
antepasado el Brigadier Serrano Valdenebro, del que la mayoría
de sus tataranietos no sabíamos ni tan siquiera de su existencia:
ni como ancestro ni como egregio personaje de la milicia de finales del
XVIII y comienzos del XIX.
Admiro sobremanera a todo aquél que es capaz de, a partir de
un cabo que encontró, ir tirando de un hilo para formar una madeja
y con ésta tejer la prenda de abrigo que era difícil de imaginar
cuando ocurrió el hallazgo primigenio. Éste es el caso de
mi hermano.
Al abrigo de esta prenda: “Gaucín 1742-1814”, donde Salvador
ha recogido todas las vicisitudes y peripecias del insigne militar como
tal, así como otros aspectos concernientes a su vida personal y a
sus inquietudes políticas y literarias, sus triunfos y derrotas, sus
méritos y deméritos, sus incondicionales y sus enemigos, su
lealtad y su rebeldía, etc, nos hemos reunido en nuestro pueblo la
mayoría de los descendientes, que aún respiramos, del Jefe
de Escuadra de la Real Armada Josef Serrano, lo cual también
ha supuesto un motivo de alegría.
En un más que emotivo acto llevado a cabo en el Salón
de Plenos del Ayuntamiento, los intervinientes resaltaron la figura del
Comandante General de la Legión Real de la Marina J.
S. Valdenebro y el excelente trabajo de investigación que Salvador
presentaba a todos los asistentes.
Además de los familiares del Diputado en las Cortes de Cádiz,
don José S. Valdenebro, estuvieron presentes en el Salón de
Plenos otros allegados, parientes, gran número de paisanos y algunas
personas venidas del entorno de la Serranía de Ronda por donde
el Mariscal de Campo y Jefe de la Guerrilla de la Sierra Meridional
con el cuerpo mutilado arrostró el desafío que para él
supuso luchar contra las tropas napoleónicas, antes de ser destinado
a Cartagena, donde falleció.
Al finalizar su intervención, Salvador, y muchos de los que siempre
estamos próximos a él aunque no estemos a su lado, no pudo,
ni pudimos, soportar la emoción cuando dio en hablar de lo que para
él suponía Gaucín, ser de Gaucín y formar parte
de su pequeña historia, la cual enlazaba con la defensa patriótica
que hizo nuestro antepasado el Maestre General del Ejército de
Extremadura contra el invasor francés, y se vio obligado
a renunciar a las últimas palabras de la presentación de su
libro pues la garganta no era capaz de emitir lo que el cerebro le dictaba,
era más fuerte el impulso del corazón que se manifestaba en
el brillo de sus ojos.
Si al co
mienzo de estas palabras decía que los descendientes del que tuvo
como último empleo el de Gobernador Militar y Político
de Cartagena apenas teníamos noticias de su existencia, qué
decir del resto de nuestros paisanos. Este libro de Salvador: “Gaucín
1742-1814”, es, sin lugar a duda, una forma de acercarnos a la figura
del que fue Maestrante de la Real Caballería de Ronda, J.
Serrano Valdenebro, y conociendo sus avatares militares, políticos
y personales también conoceremos algo más sobre una parte de
la historia de nuestro pueblo y su entorno, y conociendo nuestra propia historia
afianzaremos nuestro futuro, o como nos dijo el mismo Serrano: “Cada pueblo
puede formar una historia de los hechos de sus vecinos”.
Felicidades y gracias, Salvador, por tu excelente trabajo.
Espero que no tengan que pasar otros doce años, ni que haya de
ocurrir suceso triste alguno para volver a Gaucín, estos dos escasos
días me han parecido cortísimos.
Teodoro R. Martín de Molina. Agosto-2005