FAMILIA
Podemos sentirnos orgullosos de muchas cosas en nuestra vida,
pero como de la familia creo que de pocas.
La familia se circunscribe en ocasiones a los más allegados,
tu mujer/marido (su familia) y tus hijos. Por ventura en otras se llega a
incluir en ella a los padres y a los hermanos, y alargando un poco más
a los sobrinos y sus vástagos. También están aquellos
que tienen tu misma sangre, parte de tus genes y algo del ADN, y ahí
es donde tienen cabida, además de nuestros antepasados, los tíos
y primos.
Yo me tengo que sentir un ser afortunado por lo orgulloso que estoy de
mi familia de principio a fin, desde mi mujer (con su familia) y nuestros
hijos a mis primos, de ambas ramas, que, evidentemente, son los hijos de
mis tíos, pasando por mis hermanos y sobrinos y poniendo en pedestal
a mis padres descendientes de mis ancestros.
He tenido más de una oportunidad (de la que nunca he hecho uso
hasta hoy), por fortuna, de haber hecho referencia a los méritos
alcanzados por algunos de mis familiares a lo largo de la reciente, y no
tan reciente, historia de nuestro pueblo, comunidad y nación. Desde
haber contado entre los miembros de mi familia con el decano de los magistrados
del Supremo, a un presidente del Tribunal Constitucional, o al Jefe de la
Junta de
Jefes del Estado Mayor, amén de insignes políticos,
estadistas, militares, escritores y pensadores. De igual modo
también puedo enaltecerme del origen humilde de muchos de mis familiares
y antepasados, que desempeñaron los oficios más humildes como
el de zapatero remendón, labradores abnegados, comerciantes de poca
fortuna o sufridos religiosos.
Y pensaréis ¿a qué viene todo este galimatías
con el nos castiga Teodoro en este artículo? Acontece que en esta
dichosa página mía no hay forma, manera o modo
de incluir una noticia gozosa para toda mi familia y por extensión
para todos los gaucinenses o gaucineños, y he tenido que buscar el
modo, la manera y la forma de que ésta apareciera sin que chirriara
con el contexto global de La Gaceta de Gaucín.
La dicha noticia, que nos llena de la misma,
no es otra que la concesión por parte de la Junta de Andalucía
del Premio a la Mejor Labor de Fomento del Cooperativismo en Andalucía
a mi primo Teodoro de Molina de Molina.
Yo, que me sentí con él uña y carne durante nuestra
infancia y juventud en nuestro Gaucín natal, no puedo menos que
reconocer ahora, en este momento y punto en el que la distancia, nuestras
ocupaciones y derroteros personales nos alejan física que no emocionalmente,
la valía que todos conocíamos de él. Su construirse
a sí mismo y su ejecutoria a lo largo de toda su trayectoria como
persona y como profesional no me cabe la menor duda que han supuesto que,
aquellos a los que les corresponde reconocer a nivel andaluz el mérito
de las personas en su quehacer diario y profesional, así lo hayan
hecho al concederle el premio Arco Iris Andalucía en la vertiente
antes reflejada.
Felicidades y enhorabuena, primo, a ti y a tu mujer e hijos, y espero
comprendas todas estas digresiones, propias de un iletrado con ínfulas
literarias, como tú sabes que a mí me gusta definirme.
Teodoro R. Martín de Molina. Febrero-2006
Referencias en prensa:
http://www.gaucin.tv/prensa/gaucin/gn116.htm
http://www.gaucin.tv/prensa/gaucin/gn116BIS.htm
www.gaucin.tv/prensa/gaucin/gn116BIS1.htm