Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

"EL VALOR DEL DINERO"
     
        En estos tiempos preelectorales en los que los partidos políticos dan los últimos retoques a sus respectivas listas, parece que lo que se pondera en algunos candidatos, bien por su abundancia ya por su escasez, es el dinero. Oímos las declaraciones y comentarios de algunos y nos quedamos perplejos cuando se les valoran, o minusvaloran, por el grosor de su cartera más que por el de sus potencialidades.
    Ahí tenemos el ejemplo del “Garzón” del PP.
    Rajoy, al mejor estilo González, ha atraído a sus filas al ex presidente de Endesa con el fin de producir el efecto sorpresa del que tan necesitados parecen los partidos políticos en ocasiones, y eso que algunos no se cansan de presumir del sinnúmero de cerebritos que militan en sus filas.
    Al parecer, por la apreciación que se hace desde una orilla y de la otra del fichaje, la nueva estrella del PP, depende sobre todo del saldo de su cuenta corriente. Para unos, aquellos que están próximos a los que lo han designado como número dos por Madrid, es un aval importante que este señor se acerque al mundo de la política con su bolsa bien repleta y “no como otros” a valerse de ella para conseguir lo que a él le sobra. Para otros, evidentemente los que están alejados de los mentores del señor Pizarro, es una rémora el que una persona que ha conseguido tantos beneficios en tan poco tiempo irrumpa en el mundo de la política. Los primeros defienden su buena gestión en la empresa privada de la cual se desprende la consecución de tan altos beneficios, para los segundos esa consecución de beneficios se debe más a una estrategia determinada acorde con las informaciones de las que disponía, que a un modo de gestión. Aquellos presumen que por tener tanto ya no desea más, estos auguran que por tener tanto sólo se preocupará de los que tienen tanto como él. Aquellos santifican las formas en las que este señor ha conseguido toda su fortuna, estos dudan de la licitud de sus ganancias y ponen en tela de juicio los métodos usados para conseguirla. Y así podríamos seguir…
    No deja de parecerme obsceno que los políticos y sus correas de transmisión mediáticas dediquen horas y horas de comentarios y juicios sobre la persona de este señor, en particular, como sobre cualquier otro candidato, basándose en el capital económico y no en el humano, intelectual, o cualquier otro valor que seguro deberá, o debería, ser más determinante a la hora de enaltecerlo o denigrarlo.
    Pero es lo que hay y lo que prima en nuestros días –como casi siempre ocurrió–. A nosotros nos queda discernir sobre la bondad o no de los candidatos que nos presenten los distintos partidos haciendo caso omiso de argumentos tan interesados, o, al menos, poniéndoles sordina y pasándolos por el tamiz de nuestro criterio de gente del pueblo; del pueblo llano que con poco se conforma y que al dinero le suele dar el valor justo de lo necesario para el día a día, pues cuando hablan de esas cantidades exorbitadas casi nos producen mareo que, como es normal, conlleva una cierta angustia.

 Teodoro R. Martín de Molina. Enero de 2008

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