Atardecer. Fotografía de Salvador Martín

LA GACETA DE GAUCÍN

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OPINIÓN

"ALGUNA BUENA NOTICIA"
 
    Hace ya unos cuantos años, en un relato breve titulado “Ruido de cristales” (se puede leer en la sección narrativa-relatos cortos) traté de recoger la diferente acogida que tienen en el ámbito escolar las buenas y las malas noticias, aquellas sin apenas repercusión, éstas difundidas al máximo. La escuela, que no es más que una parte de la sociedad en la que está insertada, era y sigue siendo, evidentemente, un reflejo de la misma y por lo tanto el tratamiento de ambos tipos de noticias era y sigue siendo similar en una y en otra.
    Acostumbrados como estamos a que un día tras otro las malas noticias sean portada y fundamento principal de todos los contenidos en los  medios de comunicación, es de agradecer que en este desierto de malas noticias de cuando en vez aparezca un pequeño oasis en forma de buena noticia. La verdad es que no es algo sobrevenido sino que ya llevamos una serie que se prolonga en el tiempo desde hace algún tiempo pero, como es algo positivo, no se le da el bombo y platillo que las malas noticias merecen a diario en los medios. Como podréis colegir de lo dicho me estoy refiriendo a la disminución semana tras semana de las víctimas en accidentes de tráfico en todo el territorio nacional y en todas las épocas del año: fines de semana, puentes o periodos de vacaciones más o menos prolongadas. Ejemplo claro es el número de muertos en nuestras carreteras durante la pasada Semana santa,  que con ser muchos, es el menor en los últimos cincuenta años. Dado que el parque automovilístico se ha multiplicado desde aquellos entonces a niveles exponenciales, aun tiene más valor el hecho de que el número de accidentes y de personas afectadas en los mismos sean menor día a día.
    Al parecer por una vez, y sin que sirva de precedente, las medidas adoptadas por el gobierno han contado con la colaboración de la ciudadanía en general –salvo deshonrosa excepción de todos conocida– y han dado como resultado las impensables cifras unos años atrás. Era una tarea que a todos nos afectaba y todos hemos sabido colaborar para hacer que las listas de fallecidos en las carreteras, aunque desgraciadamente se siguen engrosando no lo hagan en el sentido al que nos tenían acostumbrados los informativos de todos los lunes del año.
    Existen otros aspectos noticiables que por el hecho de ser una buena noticia hoy en día, ya no se mencionan con tanta frecuencia como antaño, cuando eran negativas, sino que suelen pasar como ráfagas que si no estás muy atento pasarán desapercibidas para la mayoría de los lectores, oyentes o espectadores. Así sucede con otras muchas noticias que cuando estaban en un  sentido eran portada imprescindible y motivo de sesudo debate entre los que de todo entienden y ahora que parecen cambiar de signo, apenas si merecen una breve reseña. Si no fijémonos en lo que acontece con algunos de ellos: la caída del Euribor ha dejado de ser noticia cuando su subida no dejaba de serlo semana tras semana, la caída de los precios, ahora por debajo del cero, llega a ser noticia porque empieza a considerarse la posibilidad de una deflación que dicen que es peor que la inflación, a la que tanto acudían los titulares de prensa cuando subía mes tras mes, futo sobre todo de la especulación de los de siempre. Se reseña y se hace uso de las letras grandes cuando mueren personas, cuando se lucran otras a costa del erario, cuando las corruptelas aparecen por aquí o por allá, pero por desgracia no tiene la misma cabida las cosas positivas que a diario suceden en todos y cada uno de los últimos rincones de nuestro país.
    Hasta en lo más diminuto así sucede. Pongo por ejemplo las noticias referidas a mi pueblo, Gaucin. Yo que cada día buceo en Google y demás buscadores a la caza de alguna noticia para colocarla dentro de la sección de esta web “Gaucín en la prensa digital”, llevo más de un mes sin nada que incluir en este humilde espacio cibernético. Parece que la tranquilidad en corruptelas y asuntos relacionados ha quedado dormida por algún tiempo, y hasta que no vuelvan, porque volverán de eso estoy seguro, no aparecerá una noticia que echarse al ordenador. Si no es ése el tema será otro igualmente conectado con algún aspecto negativo digno de ser resaltado, y si sucede algo positivo, que también estoy seguro deben de suceder, los medios no lo consideran digno de ser reseñado sobre el papel o en las ondas.
    Por desgracia, nos guste o no nos guste, somos amantes de lo negativo y sólo disfrutamos cuando mientras peor mejor, esa es la política de los medios y de las personas que tienen poder de influencia en ellos y por ende en toda la sociedad.
    Y nosotros mientras tanto… a verlas venir.

Teodoro R. Martín de Molina. Abril de 2009
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