LA GACETA DE GAUCÍN

PRESENTACIÓN 2014

A las páginas webs les debe de pasar algo parecido a lo que les ocurre a algunos animales respecto a la edad que tienen en relación con la de los seres humanos, hay que multiplicarla por equis para poder asimilarlas. Estamos iniciando el periplo del duodécimo año y a veces me parece que llevo ya mil siglos en esto de la web. No sé muy bien si la que se está haciendo vieja es  "La Gaceta de Gaucín", yo mismo o los dos a la vez. Seguro que los tres asertos son ciertos, pero dudo al pensar a quién se le notará más.

Desde aquellos ilusionantes momentos de la puesta en marcha de la página hasta estos en los que nos hallamos, no han pasado tantas lunas como para que yo note un cierto agotamiento de aquél primer estímulo creador que diera lugar al nacimiento de La Gaceta. La página fue, y debe de seguir siendo, una forma de divertimento sin más pretensiones ni más obligaciones, pero a veces se hace difícil cumplir con esa pretensión y se mete uno en unos berenjenales que no sé muy bien si merecen la pena.

En aquellos momentos iniciales, que coincidieron con mis primeros escarceos en la creación más o menos literaria, pensaba que lo que hacía tenía un cierto valor, a veces hasta me creí que podía tener mucho valor, pero con el paso del tiempo, te vas haciendo mayor, vas madurando y te vas dando cuenta de que existe una gran distancia entre lo que tú pensabas que era tu trabajo y lo que en realidad es. Y cuando esto lo asumes, te relajas y llegas a la conclusión de que todo es tan relativo que solamente merece la pena aquello que te puede servir a ti mismo de reflexión. Si, además, consigues que alguien reflexione contigo, pues mejor que mejor.

Los tiempos cambian, las tecnologías también y lo de las redes sociales... ¡no digamos! Este formato de página -el de "La Gaceta de Gaucín"-, en cierta medida, se está quedando obsoleto y poco atractivo para muchos internautas que solamente pretenden con un click y con un vistazo a la frase famosa u ocurrente, satisfacer sus ansias de información, entretenimiento, o simple curiosidad , que muchas veces sólo queda en eso. Adentrarse en los intríngulis de una página web de este tipo para conocer sus contenidos, aunque sólo sea por encimilla,  se lleva su tiempo, y, en verdad, creo que son pocos los que en estos días están dispuestos a gastarlo en esos menesteres. Y lo entiendo, porque tampoco los mismos son como para tirar cohetes, aunque al autor les puedan parecer excelsos al momento de exponerlos, si bien después, como decía más arriba, se le bajen los humos y ponga, sin más remedio, los pies en el suelo.

Bien, con más o menos ganas aquí nos encontramos otra vez tratando de iniciar un nuevo año en el que, con la mayor dignidad de la que uno sea capaz, intentaremos continuar subiendo trabajos que en poco o en mucho distraigan o entretengan a los que tengan la amabilidad de acercarse a estas páginas. Trataré de seguir dando contenido a este libro de libros que es en realidad "La Gaceta de Gaucín", en donde, como buenamente puedo y según lo que me dictan mis entendederas, voy colgando aquí un romance, allí unos haikus, acá un relatillo, allá un esbozo de novela, por este lado lo que me envían algunos colaboradores y en este otro lugar mi opinión sobre lo que sucede a nuestro alrededor, sin dejar de informar sobre aquellos trabajos que después de un largo período, o en horas veinticuatro, tomaron forma de libro o algo asimilable.  

Gracias por vuestro apoyo. Un fuerte abrazo para todos los amigos de este rincón literario y de opinión de un gaucineño de la diáspora,

Teodoro R. Martín de Molina

Granada, seis de febrero de 2014.

 
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