En este escrito anual, en el que a modo de presentación trato de reflejar algunas de las inquietudes que me preocuparon en el año recién acabado o aquellas otras que vislumbro pueden formar parte del contenido que dé cuerpo a la página en el que acaba de comenzar, quiero en esta ocasión hacer un breve inciso en lo que en sí es para mí La Gaceta de Gaucín.
Podemos partir de la base de que La Gaceta no es una web al uso y que aunque lleve el nombre de mi pueblo al final de su título, tampoco puede ser considerada una página referida al mismo, más bien lo toma como excusa para que un natural del lugar pueda sentir el orgullo de publicar bajo tal epígrafe todo aquello que, con mayor o menor desacierto, fluye, a veces con mucha dificultad, de los pensamientos y sentimientos que todo ser humano suele guardar en su interior. Algunos lo guardan para sí, a otros, como es mi caso, nos gusta compartirlos con los demás a través de la letra impresa, bien en papel o en la pantalla del ordenador. Fundamentalmente, ese es el objetivo de este sitio. Si además consiguiera transmitir al que la visita sensaciones cercanas al disfrute con la lectura de algunos de sus textos, mejor que mejor. Ese es, evidentemente, otro de los objetivos primordiales por los que le dedico buena parte de mi tiempo libre a este menester.
A aquellos que desde los comienzos, allá por los inicios de 2003, habéis seguido el hilo de la web poco os puedo decir que no sepáis, si no es agradeceros el tiempo que dedicáis a echar un vistazo a los textos que aquí se cuelgan, fundamentalmente míos y en ocasiones de colaboradores a los que les estoy enormemente agradecido, pues con su ayuda revitalizan la web y le dan una perspectiva distinta a la que de seguro supone mi propia visión de los hechos en general y del hecho literario en particular.
Es ésta, la sección de colaboraciones, una de las que más satisfecho me encuentro pues conozco la dificultad, no sé si por timidez o por pudor, que tenemos en general a exponer ante los demás nuestras opiniones o creaciones a través de un medio escrito y que ahí queden para ser revisadas en cualquier momento, con nuestros aciertos y nuestros errores, reflejando nuestras certezas y, en no pocas ocasiones, nuestras contradicciones. Por ello me siento doblemente agradecido a los que en alguna ocasión colaboraron con La Gaceta, qué decir de aquellos que aún lo siguen haciendo. A los que colaboraron y ya no podrán hacerlo más, el recuerdo más cariñoso desde lo más profundo de mi corazón. Aunque no lo creo necesario, me reitero en la invitación para que todo aquel que lo desee colabore con sus escritos en la web.
"Al que nace barrigón, tontería que lo fajen". No sé, pero me suena que ya he usado este mismo refrán en más de una ocasión para referirme, casi siempre, a mi modo de entender las cosas y a la forma en las que trato de transmitirlas por escrito a aquellos que os asomáis por esta pequeña ventana, más o menos literaria, que es La Gaceta de Gaucín. Y como así nací y no tengo nada de sabio, difícil será que ya en el umbral de la jubilación me decida por dar un giro al modo de expresar mi forma de ver el mundo que nos rodea y los personajes y personajillos que por él pululan, bien desde la más pura ficción o bien desde el análisis de la realidad circundante.
Con el deseo y en la confianza de que este nuevo período sea más fecundo que el anterior, os emplazo a todos hasta la presentación del próximo año.
Un abrazo, Teodoro R. Martín de Molina.
Granada, enero de 2011.