Con
más miedo que vergüenza,
en enero de 2003 comencé la aventura de esta
página web. La intención primera,
como decía en la presentación, era
la de cumplir con el deseo de todo el que escribe: ser leído,
al tiempo que animaba a los visitantes que tuviesen
algún tipo de relación con Gaucín
a que me enviasen sus escritos para publicarlos.
También pedía ayuda en forma de sugerencias
para la mejora de la web. De casi todo se ha conseguido
un poco, por lo que me encuentro satisfecho y agradecido.
Ha pasado un año y después
de los primeros escarceos con el medio, las
múltiples equivocaciones, el hacer y rehacer
mil veces lo mismo, casi he conseguido medio cogerle
el tranquillo al tema. No obstante, aún sigue
siendo arduo hacer que cualquier página,
por simple que sea, vea la
luz. Mas como dice el refrán: "Sarna con gusto...",
así que aquí seguimos mortificados pero
a gusto.
Este primer año ha sido el de la novedad
y le he dedicado muchísimo tiempo a lo que
es el asunto cibernético, descuidando un
poco el aspecto creativo que es el importante y la base
primordial de La Gaceta de Gaucín.
Así es que tengo bastante abandonados al
Caballero de la Triste Figura, a Don Jacinto, La
Cenicienta, Mis Alumnos, Relatos cortos, o largos (no
sé en qué acabarán), revisiones de
Treinta Años Después y de Cascarabitos,
algunos apuntes sobre el comienzo de los años setenta,
etc. Y como todo lo que no se practica se olvida, me propongo
a partir de ahora tratar de compaginar de modo más
homogéneo el tiempo que dedique a una y otra cosa,
de forma que ambas puedan seguir adelante más o menos
decentemente.
Por último quiero agradeceros a todos
los que visitáis La Gaceta de Gaucín vuestro interés por lo que aquí se publica
(el simple hecho de entrar ya
es meritorio), especialmente a aquellos
que de un modo u otro me animan y me aportan sugerencias,
que siempre son bien venidas.
Granada.
Enero, 2004.
Teodoro R. Martín de Molina.